martes, 31 de enero de 2012

La raíz de TODOS los males.

Uno quisiera tener la llave para salir de todos los males, no sólo personales sino también mundiales. ¿Cuántas familias se han deshecho? ¿Cuántas personas se han quitado la vida? ¿Cuántos matrimonios se han roto? Sólo por un motivo... el dinero.

"Raíz (rhiza, que significa raíz o progenie) de TODOS los males es el amor al dinero" le instruyó Pablo a Timoteo en su primera epístola en el capítulo seis y verso diez. Ya se puso usted a pensar ¿qué o cómo seria éste mundo si no existiera el dinero, si los empleados del gobierno no cobraran un sueldo; si las municipalidades no cobraran impuestos; si la educación fuera gratuita; si no hubieran ricos ni pobres sino tan sólo una clase social? Sería simplemente como vivir en el Edén. Esa es la tierra que Dios le promete a sus seguidores por mil años sobre ésta tierra. Ese periódo de tiempo es conocido eclesíasticamente como el milenio. Mil años en que el gobernante será Cristo, un gobierno de orden, de respeto, de armonía... sin dinero. Un milenio que no podemos decir que iniciará éste lunes que viene, pero al cual no podemos ver de lejos por mucho tiempo más. Los acontecimientos que Cristo anunció para antes de su venida y la inaguración de ése periódo de tiempo, simplemente no sólo se están cumpliendo sino se están agotando.

Pronto, no habrá dinero, no por una catástrofe económica (que quizás sí llegue y pronto); no por una burbuja inmobiliaria, no, simplemente porque el tiempo de la venida de Nuestro Señor Jesucristo está pronto. Le pregunto ¿Qué o cuántos nuevos pecados mira usted publicados en la prensa? ¿Qué nos hace falta por ver en cuestiones de avaricia, desamor, odios, rencillas, etc. como humanos? El tiempo está cercano, y la raíz de TODOS los males que nos aquejan, es el dinero. Meditemos.

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