sábado, 31 de marzo de 2012

La muerte... cambia la vida.

Pocas situaciones en la vida del hombre lo hacen detenerse, reflexionar, analizar o cambiar como cuando la muerte toca a la puerta de la casa.

Como lo he dicho en muchas oportunidades desde esta ventana, no me gusta escribir a título personal, pero en algunas situaciones como en la presente es imperativo. La madre de mis hijos tenía 18 años y éste servidor 20, cuando de madrugada la muerte nos visitó. Nuestro hijo primogénito tenía 3 meses y 4 días de nacido, y el día 28 de marzo de 1974 el ángel de la muerte nos lo arrebató. Dos años más tarde, el 26 de marzo de 1976 el ángel de la muerte volvería a visitarnos para arrebatarnos al hijo que esperábamos, la madre de mis hijos tenía 20 años y yo 22. Esas muertes cambiaron nuestras vidas. La impotencia ante lo natural, la impotencia ante la voluntad divina, nos hicieron doblegarnos. Esas muertes nos hicieron detenernos, reflexionar, analizar y hasta cambiar. El ángel de la muerte volvió a visitarnos hace 16 años, entonces para llevarse a la madre de mis hijos. Ahora bien, no hay muerte que haya cambiado tanto, no sólo a una familia, no sólo a una persona, sino a todo el mundo, como la muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Si la muerte de un ser amado, duele, nos golpea, nos detiene, nos hace reflexionar, nos hace analizar y nos cambia... ¡Cuánto más, la muere sel Santo, del Perfecto, de Nuestro Redentor! ¡Gloria a Dios por el ángel de la muerte! MUCHOS no cambiarían si no fuera porque el ángel de la muerte los visita; y, ALGUNOS no cambiaríamos NUNCA si el ángel de la muerte no nos visitara tan seguido. Meditemos.

viernes, 30 de marzo de 2012

Los caminos de Jehová son rectos.

El libro de Oseas termina su narrativa con una declaración que bien haríamos en no olvidar: "Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos". (Oseas 14:9).

Todos los que seguimos los caminos de Dios, en alguna medida vamos conociendo su voluntad, su carácter, lo que desea para y de nosotros, eso, no nos hace perfectos pero sí nos hace conocer el camino de la perfección. Y, lastimosamente, nos cuesta mucho seguirlo, además, como dice la escritura: "La carne es débil" entonces muchas veces volvemos a caer en los pecados anteriores, o, a lo mejor en nuevos. Como sea, es muy fácil para alguien de fuera decir: miren fulaso o sutano se somata el pecho en la iglesia el domingo y lo que hace; para otros nos es muy fácil decir allí va el borracho mengano, sin saber la lucha que ese pobre débil ante el licor hace. No estamos defendiendo el pecado de nadie (ni mucho menos el nuestro), lo que estamos diciendo es que como decían las abuelitas antiguamente: caras vemos... corazones no sabemos. Y, la batalla interna y personal de cada creyente, solamente Dios y él la conocen.

Vamos pues adelante, no juguemos a las personas por sus debilidades, pues no conocemos ni por asomo su lucha interna. Oremos por quien lo creamos necesario y confiemos en que todos juntos algún día andaremos en los caminos rectos de Dios. Meditemos.

jueves, 29 de marzo de 2012

Las parábolas.

En la Hermenéutica o ciencia que nos enseña a interpretar la biblia; se nos enseña que una parábola es: Una enseñanza o lección que Dios quiere darnos en lo espiritual, por medio de un ejemplo o una historia natural.

Dios desde el principio ha utilizado las parábolas, en Oseas capítulo 12 por ejemplo nos dice el profeta que Dios le dijo: "Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de profetas usé parábolas" (verso 10). ¿Cómo o cuándo las utilizó Dios? Bueno, desde el principio vemos que lo que Dios permitió que le sucediera al pueblo de Israel en Egipto, luego en el desierto, y luego en la conquista de la tierra prometida... era una parábola para nosotros (vea 1era. Corintios 11). Todo ser humano ANTES de hacer una confesión de fe a Dios, está en Egipto, el mundo; luego de hacer su confesión, TIENE que caminar por el desierto dejando morir al hombre viejo (por eso somos ENEMIGOS de la doctrina de paz, poder, y prosperidad, porque es antibíblica); y HASTA ENTONCES (después de pasar el desierto) se llega a la tierra prometida.

Jesús mismo utilizó tantas parábolas: La gran perla, la semilla, la moneda perdida, la red, la levadura, etc. (vea Mateo 13). ¿Por qué o para qué? Jesús mismo lo dijo: "Para que los que se han de salvar entiendan, pero también para que los que no se han de salvar no lo hagan". Dura aseveración, dura; dura verdad, dura verdad; pero es la soberanía de Dios (vea Mateo 13:11). Meditemos.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Mi Dios los desechará.

En tiempos del profeta Oseas, alrededor de 740-730 años antes de Cristo, el pueblo de Israel andaba en idolatría. Ese es un pecado que Dios mira y siente como el adulterio. Y, el adulterio es uno de los pecados que Dios castiga con más ira. La prueba es la forma en que trató a Israel en esos tiempos.

"No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverán a Egipto y a Asiria, donde comerán vianda inmunda" (Oseas 9:3). "La gloria de Efraín volará cual ave de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones. Y si llegaren a grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!" (Oseas 9:11-12). "Dales, oh Jehová lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos" (Oseas 9:15). "Aunque engendren, YO mataré lo deseable de su vientre" (Oseas 9:17). Duras, sí, durísimas son éstas sentencias que Oseas echó sobre el pueblo de Dios, ENVIADO por Dios mismo. ¿Por qué? Porque habían caído en idolatría que es como pecado de adulterio, y el adulterio es el pecado que Dios más castiga con ira.

Se pregunta usted por qué hay familias a las que les suceden todos éstos casos, esterilidad, muerte, agravio, ausencia de varones en casa, etc. analize usted y en una gran mayoría de casos, es porque no dejan la idolatría. Termina Oseas el capítulo 9 y verso 17 diciendo en el nombre de Dios: "Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones". Busquemos el arrepentimiento. Meditemos.

martes, 27 de marzo de 2012

En la casa de Israel he visto inmundicia.

Eran los años cuarentas del séptimo siglo antes de Cristo, y Dios le dice a un profeta llamado Oseas: "Ve, y toma por esposa a una mujer ramera" (Oseas 1:2). Oseas va, y toma por esposa a Gomer con quien tiene dos hijos. Más adelante, Dios le dice a Oseas, que los abandone tanto a la madre por ser prostituta, como a los hijos por ser un producto de la prostitución (Oseas 2:4).

Si los "Derechos Humanos (léase desechos) hoy en día juzgaran ésta situación, seguro condenan al mismo Dios por ésta acción. Pero, como en Dios no existe la compasión humana, sino la divina; no existe la democracia, sino la Teocracia; y como él es el dueño y soberano de éste mundo y el universo, lo hizo como está escrito. ¿Por qué nos dejó ese ejemplo tan duro, tan recio? Pues simplemente porque es lo que el pueblo de Israel hizo hace 27 siglos, y es exactamente lo que hacemos nosotros hoy en día con él. El nos tiende la mano, y nosotros se la mordemos. El nos da bienes y seguridad, y nosotros no tenemos tiempo para agradecércelo. El nos busca, y nosotros lo desechamos. El nos provee, y nosotros lo gastamos en nuestros placeres. El nos ama, y nosotros le pagamos adulterando con idolatrías y fornicaciones.

Cuando Oseas, al igual que nosotros hoy, pregunta ¿Por qué Señor? El, responde: "Porque en los moradores de la tierra no hay verdad; ni misericordia, ni buscan el conocimiento de Dios" (Oseas 4:1). Estamos AFANADOS en todo, hasta en la iglesia en donde hay quienes quieren ser también AFAMADOS. No buscamos a Dios por lo que él es, sino por lo que nos da. Y, cuando nos lo da... entonces nos vamos. Ayer y hoy, Dios simplemente ha visto inmundicia en su propia casa. Meditemos.
Publicado por Julio C Rueda en 05:02 0 comentarios

lunes, 26 de marzo de 2012

¿Por qué contiende Dios contra la gente?

Pocas personas saben la razón por la cual Dios permite tanta angustia, tanta catástrofe, tanto dolor sobre los moradores de la tierra. Los ecologístas nos echan la culpa de que no cuidamos el planeta; los científicos piensan que es parte de la evolución, olvidando y negando a Dios con sus pobres razonamientos; los menos, saben que son los juicios de Dios sobre el pecado.

Pero, ¿cómo es posible que si tantas personas buscamos a Dios, de todos formas recibamos el castigo que viene sobre los injustos? Bueno, la Palabra de Dios dice: "El sol sale para buenos y malos". De la misma manera también cuando los juicios caen, afectan a las gentes pías también. Observe usted el Diluvio ¿acaso Noé no lo sufrió? que no le afectó como a los impíos es otra situación, pero sí le afectó ¿acaso no perdió su casa y más tarde a uno de sus hijos?. Cuando Sodoma y Gomorra fueron destruidas por fuego ¿acaso no le afectó a Lot? ¿No perdió su casa, su mujer, y sus hijas pecaron por esa causa? ¿Cuando Cristo vino para salvar a quienes le seguimos porque creemos en su sacrificio, acaso no condenó automáticamente a quien no le cree (Juan 3:16-18)? Dios le dijo a Oseas: "Porque Jehová CONTIENDE con los moradores de la tierra; PORQUE no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra... sino perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen" (Oseas 4:1).

No siempre lo que nos sucede es un juicio de Dios, pero cuando los juicios caen nos pasan llevando. Que la relación íntima y diaria con Dios, nos preserva de la destrucción también es cierto, pero no olvidemos que la razón por la cuál Dios contiende contra la tierra, es porque sus moradores no piensan en satisfacerlo a él, sino a ellos mismos. Meditemos.

viernes, 23 de marzo de 2012

La cosecha.

Hoy, el Señor nos despertó desde las 2 de la madrugada, después de orar entró en nuestro corazón la idea acerca del tiempo de la cosecha. Quizás por el hecho de estar tan cerca de la siembra que iniciamos éste año, o quizás porque el Señor soberano al fín, tiene más lecciones para nosotros.

Nos levantamos a revisar nuestro historial pues recordamos que en tiempos anteriores el Señor nos había guiádo a escribir del asunto. Así, revisando las notas llegamos al día 25 de diciembre del año 2009, cuando escribimos: "Según lo que siembres, así cosecharás". En ese artículo mensionamos el caso de una señora de color que pedía ayuda de noche en una carretera desolada, delante de quien pasaron muchas personas más en vehículos, pero solo una de ellas se detuvo a ayudarla hasta llevarla a casa. Varios días después tocaron a la puerta de éste buen samaritano para entregarle una caja con un gran televisor dentro, era un obsequio de la señora agradecida por la ayuda, y quien había pedido la dirección de su buen samaritano con la mira de agradecer la ayuda, la nota de agradecimiento iba firmada por la madre de Nat King Col, el famoso cantante.

Lo que sembremos, eso cosecharemos. Si sembramos limones, cosecharemos limones; si sembramos pimientos, cosecharemos pimientos; si sembramos amor, amor cosecharemos. Hoy, estamos cosechando lo que sembramos hace tiempo. La pregunta es: ¿Qué cosecharemos mañana, con lo que estamos sembrando hoy? Meditemos.

jueves, 22 de marzo de 2012

Tuya es la justicia, y nuesta la confusión de rostro.

El pueblo de Israel estaba disperso, muchos, la gran mayoría de los que quedaban tenían sobre sus cabezas el estigma: "el cautiverio". Jeremías lo había anunciado y encima había explicado con exagerados argumentos que duraría 70 años, para todos un tiempo eterno. Parecía que el Dios de Israel se había olvidado de su amado pueblo.

Hoy, algunos pasamos por viscitudes familiares, otros por económicas, otros de trabajo, otros de salud, otros de soledad, otros de incomprensión, etc. y lo que más pesa, es que estamos hablando de gentes que somos parte del amado pueblo de Dios. Nos pasa hoy en día, literalmente, lo que la expresión de Daniel decía en el capítulo 9 y verso 7 antes del inicio del cautiverio: "Tuya es, Señor la justicia, y nuestra la CONFUSION de rostro". Simple y sencillamente NO ENTENDEMOS lo que nos está sucediendo. ¿Por qué Señor? ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal Señor? ¿Qué quieres o qué pretendes de mí Señor? ¿Cuándo terminará éste cautiverio Señor? Esas parecieran ser las expresiones de dolor, de llanto, de clamor a nuestro Dios. ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué? son preguntas lógicas que nos hacemos, y las respuestas vendrán porque el corazón de nuestro Dios, lejos de aniquilarnos, lejos de destruirnos, lo que quiere es formar carácter en nosotros.

Lo que Dios está haciendo es SELECCIONANDO a sus guerreros. Lo hemos explicado en otros mensajes: NINGUN EJERCITO DE ELITE HA SIDO ENTRENADO ENTRE PAÑOS Y TAFETANES. Todos han sido pulidos; exprimidos; metidos en lo profundo de la selva sin armas; preparados al calor del día; expuestos aún a la muerte misma. Por eso son un ejército de élite... los otros son soldaditos rasos. Meditemos.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Porque no entendemos.

Mucho de lo que nos sucede cada día simplemente no lo entendemos. No entendemos el por qué la fila en donde hacemos cola en la carretera, es la que no se mueve; no entendemos por qué cuando llegamos al banco, el cajero frente a nosotros pone un rótulo que dice: pase a la siguiente ventanilla. No entendemos el por qué habiendo doce o quince personas en la fila en la que estamos, sólo a nosotros todos los que la van a cruzarla nos dicen: disculpe, y pasan en medio nuestro.

Pero todo, aún y cuando, son situaciones materiales tienen lecciones espirituales que necesitamos aprender. Es el Señor quien nos permite pasar todas esas situaciones para que nuestro carácter se vaya formando. Pero algo debe animarnos, no somos los únicos y mucho menos los primeros que no entendemos lo que nos sucede. En la antiguedad vemos cómo a Daniel el Señor le da un sueño acerca del final de los tiempos, se lo manda explicar, lo deja por escrito, y en el capítulo 8 y verso 27 Daniel nos dice: "pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía". Vemos en el Nuevo Testamento cómo 12 personas caminan con Jesús durante 3 años y 1/2; lo miran caminar sobre las aguas; lo miran multiplicar la comida; lo miran convertir agua en vino; lo miran resucitar muertos... y no entendieron lo que vieron, prueba de ello son los dos discípulos camino a Emaús (Lucas 24:13 en adelante).

No nos extrañe entonces, que nosotros con menos demostraciones, con menos explicaciones, con menos revelación no entendamos lo que nos sucede, pero, lo que sí tenemos que saber es que si Dios permite todos esos acontecimientos en nosotros, es por una razón específica y además buena. Meditemos.

martes, 20 de marzo de 2012

El salva, El libra.

El poder de Dios tarda en ser mostrado en muchas ocasiones, pero siempre lo ven expuesto hasta los impíos. Ese es el caso que vemos en el libro de Daniel, en el capítulo seis con Darío quien subiera al reino luego de Nabucodonosor y su hijo Belsazar.

En el imperio de Media y de Persia había una norma entre su constitución: Ningún edicto dado por el rey, podía ser derogado ni por el mismo rey". Y, como Daniel y sus amigos eran tan fieles a su Dios, se hicieron de enemigos, esos enemigos lograron el cometido que se habían propuesto, esto es, hacer que el rey dictara un edicto en el cual se castigaba a todo aquél que no honrara al dios de ellos con ser sometido al fozo de los leones. Daniel nunca se postró ante otro dios que no fuera el suyo, y fue castigado. El Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, que era el mismo Dios de Daniel lo libró de los leones. Fue así como Darío reconoció que el Dios de Israel era Dios sobre todos los dioses, con éstas palabras: "De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permance por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva, libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones" (Daniel 6:26-27).

Es increíble que no sólo antes sino también ahora, encontremos gentes impías que reconocen el poder de Dios, y nosotros, quienes hemos llegada a ser parte de su pueblo, dudemos de su poder, dudando en nuestra fe en momentos cruciales de nuestra vida. Pues cuando pensamos que él nos ha dejado solos, es cuando nos ha llevado en hombros. Meditemos.

lunes, 19 de marzo de 2012

La dureza de nuestro corazón.

Criticamos con mucha facilidad las faltas o pecados de los demás, pero calificamos con mucha benevolencia las nuestras o las de nuestros seres queridos. ¿A qué se debe esto? Se debe a la dureza del corazón humano.

Aproximadamente 600 años antes de Cristo, un rey, Nabucodonosor, el rey de Babilonia tuvo un sueño que perturbó su espíritu (Daniel 2:1); nadie en su reino le pudo descifrar el sueño, entonces llamaron a un joven judío llamada Daniel para que se lo interpretara (verso 19). Cualquier persona con una revelación de éste tipo, pues hemos de decir que Daniel no sólo interpretó el sueño sino también se lo recordó, pues el rey lo había olvidado, obligadamente reconoce que el Dios que haga algo así, tiene que ser un Dios superior a cualquier otro dios, y de hecho Nabucodonosor lo hizo (verso 47). Sin embargo, pronto se olvidó de ello y mandó hacer una estatua de oro puro, pero no para agradar a Dios sino para agradarse y engrandecerse él mismo (3:1). Luego, castiga a Daniel y sus amigos por no adorar su estatua y los echa en un horno de fuego, del cual los libra Dios (3:17 y 27). Vuelve Nabucodonosor a reconocer al Dios de Daniel y hasta da un edicto para que todo el mundo haga lo mismo (3:29) pero, Nabucodonosor vuelva a pecar y entonces es hecho como animal de yerba por siete años, pues se enorgulleció de su reino (4:30). Dios lo vuelve a restaurar al cabo de los siete años, y vemos con profunda pena que Nabucodonosor no aprendió nunca su lección, pues en el capítulo 5, vemos a su hijo pecando contra ese Dios que había extendido la mano a su padre, sin éste haber transmitido la lección a sus generaciones.

Ese es el corazón que todos tenemos, y la única forma que existe para que sea transformado es la constante relación y exposición a la presencia de Dios, pues de lo contrario reconoceremos quién es él, pero no lo honraremos como se merece, y pronto pecaremos por olvidar su grandeza y misericordia, y por supuesto, nunca instruiremos a nuestras generaciones quienes pecarán igual o más que nosotros. Meditemos.

sábado, 17 de marzo de 2012

¿Qué significa: Trapo de inmundicia?

El mensaje del día de ayer hablaba acerca que las obras buenas de los que no conocen a Dios, son como trapos de inmundicia. ¿Qué significa eso?

Resumiendo el mensaje podemos decir que a Dios no le agradan en absoluto las "buenas" obras de los impíos. Para los hombres podrán ser proezas pero para Dios no significan nada. La traducción de la expresión de Dios en Isaías acerca de éste tema (Isaías 64:6) nos puede parecer extrema, pero es lo que Dios mira lo entendamos o no, nos agrade o no. El original de la Palabra nos dice que: "Si bien TODOS nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como TRAPO DE INMUNDICIA; y caímos TODOS nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron al viento". La palabra para "trapos de inmundicia" significa: como trapo de menstruación. Recordemos que en la antiguedad no había toallas sanitarias para aliviar la costumbre de las mujeres, por lo tanto cada mujer tenía unos trapos específicos para su uso mensual. Pues a esos trapos es a los que el Señor se refiere para compararlos con las "buenas" obras de los impíos.

Repetimos, las buenas obras de personas con dinero mal habido, nos pueden parecer excelentes a los ojos de los hombres, pero a los ojos de Dios ya vimos lo que significan. Sólo estando con Dios, bajo su cobertura, bajo su guía, bajo su tutoría... nuestras buenas obras y nuestras justicias serán vista como eso, como buenas obras y como justicia de los cielos. Meditemos.

viernes, 16 de marzo de 2012

El sacrificio de los gentiles.

Cuando como humanos vemos que una persona le da un pan a otra; cuando vemos que una persona ayuda a otra, creemos estar presenciando una buena obra, una obra de caridad, una obra digna de ser imitada. Pero para Dios no siempre lo es.

Hace muchos años en una nación del sur de América, un hombre les compraba televisores, refrigeradores, camas, amueblados, etc, a las gentes pobres de su pueblo. El hombre llegó a ser muy querido por todos, a tal grado, que cuando sus fechorías fueron descubiertas por las autoridades, las gentes lo defendieron, lo escondieron, y hasta se enfrentaron contra las autoridades por él. Pero todo el dinero que el hombre tenía y repartía era mal habido. Dice la escritura en 1era. Corintios 10:20 que: "El sacrificio de los gentiles, es un sacrificio para los demonios". Y, en Isaías 64:6 dice: "Que las buenas obras de los que no están con él, son como trapos de inmundicias para Dios". Confirmamos entonces qué: No siempre una buena obra es aprobada por Dios.

Preguntamos entonces ¿cuáles sí lo son? Bueno, cuando hemos confesado una fe por el Señor, somos parte de su pueblo, cuando somos parte de su pueblo el resultado es que esa fe se muestra o se derrama en buenas obras. Allí sí, el pan que regalamos, la ropa que repartimos, todo lo que compartimos con los necesitados ya es una buena obra para Dios y no sólo para los hombres. Meditemos.

jueves, 15 de marzo de 2012

Tiernas y frágiles.

Ayer, como en los últimos cuatro años, nos tocó sembrar los plantíos de pimientos. Quien se acerca al sembradillo los ve tiernos y frágiles. Tienen apenas dos semanas de germinadas las plantas, se ven verdes y sanas pero tiernas y frágiles. En cuatro semanas estarán fuertes, en seis florecerán, y en ocho semanas cultivaresmos los primeros frutos, si Dios lo permite.

Dios quiere sembrar en nosotros su Palabra. Cuando eso sucede nuestra vida cambia, al principio sólo tenemos el gozo y la ilusión de saber que él nos salvó y estamos en sus manos, pero somos tiernos y frágiles. Es tan sólo con el tiempo que pasamos en su presencia, que nos vamos haciendo fuertes, hasta que llega el día en que damos nuestros primeros frutos. Nosotros sembramos ayer 50 plantitas, de las cuales saldrán si todo va bien, de seis a ocho pimientos por planta, eso nos dará aproximadamente entre 300 y 400 unidades, por la clase de pimiento eso significa que cada 3 unidades nos darán una libra, en total la esperanza es un quintal de pimientos en 60 días. De allí en adelante, cualquier cantidad de libras será un "excedente" de ganancias. En otras palabras abremos logrado recuperar costos, sacar ganancia, y además un excedente. El Señor siembra su Palabra en nosotros, y su esperanza es que unos demos el 30 por uno; otros den el 60 por uno; y algunos más afortunados y esforzados den el 100 por uno (vea la parábola de la semilla en Marcos 4).

Nuestro plantío necesita agua, abono, limpieza, e insecticida sino muere. La Palabra que Dios siembra en nosotros es agua; pero necesita una relación diaria con él que viene a ser el abono; luego tenemos que dejar la vida antigua, eso es la limpieza; pero también necesitamos tener buenas compañías, eso es el insecticida... sino moriremos. Meditemos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Honradamente, delante de Dios y de los hombres.

"Procurando hacer todo honradamente, no sólo delante del Señor sino también de los hombres"... Palabras del apóstol Pablo a los creyentes de Corinto en su segunda epístola, capítulo 8 y verso 21. Estas palabras las dijo con motivo de una "ofrenda abundante" (versos 19 y 20) que administraban con Tito, y para exhortar a los creyenetes a ser honestos delante de Dios y de los hombres.

Hace 30 años aproximadamente, un conocido nuestro fue enviado juntamente con su hermano de sangre por parte de su gobierno a tramitar un préstamo para la nación. Estuvieron luchando por quince días para que el préstamo saliera pero no fue así. Cualquiera pensaría que el crédito no salió asignado porque el gobierno no calificaba, pero la verdadera razón es la siguiente: Quienes otorgaban el crédito lo daban al 4% anual (eran cerca de 100 millones de quetzales equivalentes en ese entones a 100 millones de dólares), pero los intermediarios lo querían colocar al 8%, repartiendo los sobrantes 4% entre dos socios extranjeros y éste hermano en la fe con su hermano en la sangre. En otras palabras, el crédito le salía al doble al gobierno, porque los intermediarios extranjeros NO se conformaban con su comisión natural, sino querían un millón de dólares para ellos, y, si para eso era necesario "comprar" a los enviados por el gobierno "amigo", pues lo hacían. El punto es que los enviados del gobierno amigo, no lo aceptaron por temor a Dios y porque ellos sí se conformaban con su comisión normal. Como repetimos, el crédito no salió por esa razón.

Muchos años después el Señor premió a éstos honrados hermanos poniéndolos en eminencia sin estar con sus manos manchadas, incluyo hoy en día ambos sirven al Señor y manejan fondos del Señor con toda limpieza. Eso es lo que honra el nombre de Dios, el ser honestos delante de él pero también delante de los hombres. Meditemos.

martes, 13 de marzo de 2012

Casas en la tierra, edificios en el cielo.

Conocemos a un hermano, que cuando niño soñaba con tener uno o dos apartamentos o casas para alquilar, y así, tener el tiempo para dedicarlo a sus pasatiempos preferidos, la carpintería y el cultivo.

A pesar de lo mucho que le costó salir adelante, hoy, con trabajo disciplinado, orden, y muchas abstenciones dadas en su momento, logró construir 3 casas para alquilar y la suya para vivir. Muchas personas quisieran hacer lo mismo, pues éste conocido lleva una vida lo suficientemente tranquila como para dedicarse a la carpintería y a su huerta. Pero, el apostol Pablo nos dice en 2da. Corintios capítulo 5, y verso 1, que: "Si bien es cierto tener una casa terrenal (refiriéndose al cuerpo natural) es bueno, mucho mejor es edificar un edificio en los cielos. "Nosotros" interpretamos éste pasaje a la luz de las palabras de Jesús: "No os hagáis tesoros en la tierra, done la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en los cielos, donde la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:19-20). Cada vez que podemos predicamos lo siguiente: "Si usted no mete dinero al banco, llegará el día en que gire un cheque y éste no será pagado... por falta de fondos".

Cada obra social que nosotros hacemos, es para meter fondos espirituales a nuestra chequera espiritual, y que Jesús tenga de dónde sacar fondos para la compra de materiales para nuestra moroda celestial. Dependiendo de la obra social que hagamos con el prójimo, así será la cantidad de fondos espirituales con que Jesús contará para nuestro edificio en los cielos. ¿Lo quiere con ventanas? ¿Lo quiere con piso? ¿Lo quiere con muebles?... Eso depende de su proyección social aquí donde los ladrones minan y hurtan. Meditemos.

lunes, 12 de marzo de 2012

Con tal que sea en el Señor.

¿Qué nos es permitido hacer y qué nos es prohibido hacer cuando estamos bajo sujeción? Esta es una pregunta que tiene dos caminos como muchas situaciones en la vida. Pero la diferencia la hace... estar en el Señor.

Toda persona debe sujetarse a su autoridad superior nos dice la escritura, pero, en el Señor. Los hijos deben obedecer a los padres, siempre y cuando sea algo permitido por las leyes del Señor. La esposa debe sujetarse al marido, siempre y cuando respete las normas del Señor. El empleado debe sujetarse a su jefe, siempre y cuando se respeten los estatutos del Señor. ¿A qué nos referimos? Pues a lo siguiente: Los hijos deben obedecer a los padres en todo, siempre y cuando no les den una orden que sea penalizada por Dios como por ejemplo: que sean enviados a robar, a vender drogas, etc. La esposa debe sujetarse al marido, siempre y cuando no rompa con las leyes de Dios por ejemplo: no debe dejarse vender o prostituir sólo porque no hay dinero en casa. Un empleado debe honrar a su jefe con respeto y obediencia, pero no en el caso que lo envíe a dar mordidas, palancas, dádivas o como le querramos llama, para sacar una mercadería de la aduana por decir un caso.

Pablo nos dice que debemos tener obediencia, pero siempre y cuando sea en el Señor. En otras palabras siempre y cuando lo que nos pidan o lo que ordenemos esté "DENTRO" de las leyes, normas, o estatutos del Señor merecemos y nos merecen obediencia. Meditemos.

sábado, 10 de marzo de 2012

Si tan sólo entendíeramos eso.

En innumerables ocasiones hemos recalcado desde ésta pequeña ventana, el hecho de que cuando se reunen en un salón varias personalidades de una especialidad, siempre, pero siempre, la última palabra se le concede a quien se supone es el más viejo o antiguo en la materia, o, en su lugar, a quien haya hechos más estudios acerca del tema.

Para la prédica del evangelio de Jesucristo Dios no lo permitió ni lo permite así. Ciertamente, en los tiempos de Cristo había personas muy entendidas en materia espiritual, pero Dios no los eligió a ellos para predicar el evangelio. Había grandes pensadores griegos, grandes escuelas judías y griegas fundadas por Sócrates, Platón, Aristóles, y Gamaliel entre otros, pero Dios no eligió a ningún discípulo de ellos para predicar el evangelio. Acaso las personas más letradas que predicaron el evangelio fueron Lucas, quien era médico; y Mateo, quien era publicano (judío estudiado que trabajaba para el gobierno romano cobrando impuestos, se les denominaba Publicanos, y no eran muy queridos).

Pablo (quien también era letrado, pero llegó muchos años después a la prédica del evangelio) escribió en 1era. Cotintios 1:27: "Lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte". No necesariamente la sabiduría humana o la capacidad humana, nos permite llevar el evangelio de Jesucristo a los niveles en que Dios quiere que se lleva. Meditemos.

viernes, 9 de marzo de 2012

La voluntad de Dios.

Todo creyente o no creyente nos hemos preguntado alguna vez: ¿Si Dios es soberano, por qué permite ciertas situaciones? ¿Por qué permite las guerras, el hambre, el divorcio, el asesinato, las drogas, etc.?

Bueno, lo que sucede es que en términos de estudios espirituales le vemos a Dios dos voluntades: una, se denomina la voluntad "perfecta" de Dios, que es aquella que nos lleva a respetar y hacer todo lo que él desea que hagamos. Y, la otra, se denomina la voluntad "permisiva" de Dios, que es aquella en donde vemos que él "permite" que actuemos como lo hacemos, sin intervenir instantáneamente pues siempre lo hace pero no en el tiempo en que nosotros creemos. Es por ello que nosotros vemos cómo, por interéses de los gobiernos, se inventan guerras; por intereses de los poderosos, se distribuyen dogras; por interéses de los pudientes, se abusa de las clases necesitadas, etc.

Si nos acercamos y hablamos con Dios TODOS los días, él nos hará saber y nos dará pruebas de qué es lo que él desea que hagamos. En otras palabras El nos mostrará su voluntad perfecta, y no nos permitirá que haciendo nuestra voluntad y capricho, caigamos en desgracias. Meditemos.

jueves, 8 de marzo de 2012

Todo plazo se cumple.

Hace exactamente 137 días iniciamos la reconstrucción de la casa de uno de nuestros hijos, la reconstrucción programada para seis meses pero se ha ido retrasando por "x" o por "y" causa. Hoy, es el día programado para la fundición de la terreza. ¿Por qué no fue ayer, o por qué no será mañana? No lo sabemos, pero hoy, después de 137 días el plazo se cumlió. Nuestro plan falló, ésta losa se debió haber puesto el día 22 de diciembre reciénpasado.

Quizás la UNICA respuesta lógica que podemos dar como humanos es la siguiente: "De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en el habitan, porque él la fundó" nos dice el Salmo 24:1. Por lo tanto el que tiene el control absoluto del mundo y de TODOS los que lo habitamos, es Dios. Para Dios el tiempo no existe, sin embargo se limita a él por amor y misericordia al hombre. Lo vemos cuando los antiguos profetas dicen: "Llegará un tiempo en que.... y hablan de un Mesías". Luego vemos que cuando ESE tiempo se cumplió el Mesías vino a la tierra. En varias ocasiones vemos en las escrituras que un tiempo se cumple. Como por ejemplo cuando Jesús "afirma" su rostro pues sea ha "cumplido" el tiempo de su partida (Lucas 9:51). La palabra utilizada para "cumplido" es "pleroo", la cual entre uno de sus significados está: "rendición de cuentas perfectas". Ahora, con respecto a nuestros pecados, muchas veces vivimos bajo la inocente creencia que como pecamos y no pasó nada... nuestro "pleroo" NUNCA llegará. Que ese pecado simplemente quedó o quedará sin castigo.

Dios es bueno, es lento para la ira, es misericordioso... pero es justo. Ciertamente todos los días el sol sale para buenos y malos; el invierno trae lluvia para la siembra del bueno y del malo; la providencia de Dios se extiene para el bueno y para el malo. Pero, no hay plazo que no llegue, no hay tiempo que no se cumpla, y cuando nuestro "pleroo" llegue, preguntamos ¿nos tomará por sorpresa? Meditemos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Deja que los muertos entierren a sus muertos.

Nos narra el libro de San Lucas, que cuando se llegó el tiempo en que Jesús sabía que había de ser crucificado (Lucas 9:51) se dirigió a Jerusalén, pero en el camino se juntó con unos jóvenes los cuales le preguntaron si lo podían seguir.

Al contrario de lo que sucede hoy en día, cuando muchos (no todos) pero sí muchos seudopastores, autonombrados doctores, autonombrados apóstoles, etc. pretenden acaparar la mayor cantidad de ovejas con oscuros interéses, y, les endulzan el oído con falsas promesas y ofertas para que los sigan. Jesús trata de DESANIMAR a éstos jóvenes pues les dice: "Miren jóvenes, las zorras tienen su guarida, pero yo no tengo ni dónde dormir" (Lucas 9:58). Luego, entonces es él quien pregunta: ¿Aún así, me quieren seguir? Es entonces cuando sale lo que hay en el corazón humano, uno se excusa porque dice: "Sabes qué Señor, mejor deja que primero entierre a mi padre "y entonces", te sigo" (Lucas 9:59). Una explicación: El padre de éste joven NO ESTABA TENDIDO EN LA FUNERARIA, ESTABA VIVITO Y COLEANDO, lo que sucede es que fue su excusa para no seguir a Jesús, prueba de ello es la respuesta que le da Jesús: "deja que los muertos, entierren a sus muertos" (verso 60). Entonces ¿qué estaba pasando?.

Para Dios, dice Juan en una de sus epístolas (1era. Juan 5:12): "El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene vida". En otras palabras lo que Jesús le estaba diciendo al joven era: "Muchacho, déjame explicarte algo que es obvio que no sabes... hay muertos que caminan, y tu padre camina pero está muerto espiritualmente, ve y predícale el evangelio" (Lucas 9:60). Meditemos.

martes, 6 de marzo de 2012

Fielmente te conduces.

Una de las virtudes que Dios más premia, es la fidelidad. Una persona fiel es una persona de un sólo ánimo, es en una sola palabra, una persona confiable. Las personas que más daño hacen a los demás seres humanos son las personas que no son fieles ¿por qué?, pues porque son de doble ánimo.

Juan, en su tercera epístola nos habla de una de las maneras más simples y sencillas de cómo demostrar nuestra fidelidad, veamos: "Amado (le escribe a Gayo, un discípulo suyo), FIELMENTE te conduces cuando prestas algún SERVICIO a los hermanos, especialmente a los desconocidos" (3era Juan verso 5). ¡FIELMENTE te conduces cuando prestas un servicio! En otra parte de las escrituras de éste mismo apóstol leemos: "Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener NECESIDAD, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? (1era. Juan 3:17). En otras palabras, si algún hermano se acerca a uno pidiendo ayuda ¿no creemos que lo hace porque sabe o tiene la esperanza que allí encontrará la ayuda que necesita? Y si nosotros cerramos nuestros ojos y oídos a ese clamor, a esa angustia, ¿cómo pretendemos que cuando le clamamos a Dios, él nos reponda INMEDIATAMENTE, si nosotros no lo hacemos a una escala menor con nuestros hermanos?

!NO ESPEREMOS RESPUESTA INMEDIATA DE DIOS, si cuando alguien nos llama para pedir ayuda nos hacemos los sordos¡ La forma más práctica para esperar que Dios nos responda PRONTO en nuestra pena, es directamente proporcional a los oídos e interés que le pongamos a la pena del hermano. Meditemos.

sábado, 3 de marzo de 2012

Hay pecado de muerte.

El apóstol Juan, nos dejó un legado escrito de las enseñanzas de Jesús que es una joya. Un evangelio, tres epístolas, y sobre todo, el Apocalipsis. Dicha joya nació cuando Juan decidió ser el discípulo amado, aquél que recostaba su cabeza en el pecho del maestro en señal de profundo amor y respeto. Y que estuvo, también, dispuesto a pagar el precio por ello, la persecusión y el exilio en la isla de Patmos.

Juan llegó a tocar tanto el corazón de Dios Padre al amar tanto a su Hijo, que el Padre decidió darle a él todos los secretos que no le había concedido ni siquiera a Pablo, quien dicho sea de paso escribiera casi todo el Nuevo Testamento. Fue, pues, a Juan, a quien Dios le concedió los secretos más íntimos de su corazón, y le permitió ver el final de los tiempos. En medio de esos secretos, entiéndase la deidad del Hijo en el evangelio; el amor y los mandamientos más profundos de Dios para con su gente, en las epístolas; y el desencadenamiento de todo el plan de Dios en Apocalipsis. Juan recibe un secreto por más especial, el cual comparte con nosotros en su tercera epístola: "Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte... ahora bien, hay pecado de muerte, por el cual YO NO DIGO QUE SE PIDA (1era Juan 5:16). Y ¿cuál es ese pecado de muerte? Serán las drogas, el adulterio, las borracheras, el asesinato, el hurto, la mentira? Si, y no.

Juan nos responde la pregunta en los siguientes versos: "Sabemos que TODO aquel que ha nacido de Dios, no PRACTICA el pecado" (1era. Juan 5:18). El pecado puede ser CUALQUIER pecado mencionado o no en la lista anterior, pero que no se quiera dejar de practicar. La sangre de Cristo es suficiente para cubrir cualquier pecado, pero, la condición elemental es que: DEJEMOS DE PRACTICARLO, para vivir una vida consagrada a Dios. Meditemos.

viernes, 2 de marzo de 2012

Nuestra influencia sobre otros.

Querramos o no, nos lo propongamos o no, somos testimonio o estorbo para otras personas en la caminata cristiana. Muchos creen que para dar testimonio de Dios debemos ir y pararnos en un parque o en una esquina, con un megáfono y ponernos a repetirle a todo el que pase delante, que es un pecador y que debe arrepentirse.

No es eso lo que la escritura nos dice y nos muestra cuando de dar o de ser testimonio se trata. Vea usted cómo, los hermanos de sangre de Nuestro Señor Jesucristo (Juan 7:5 y Mateo 13:55), NO CREIAN EN EL a pesar de las evidencias que mostraba. Sin embargo, al final la vida de Jesús terminó impactando a dos de ellos por lo menos. Santiago, llamado también Jacobo, y Judas, llegaron a tal convicción de que su hemano era el Mesías, el Hijo de Dios hecho carne, que cuando Cristo ya no estuvo entre ellos, ellos se dedicaron también a promover el evangelio. Santiago escribe la epístola a las doce tribus que están en la dispersión, esto, debido a la persecusión hecha por los mismos judíos en contra de sus hermanos por dejar las sinagogas y seguir la doctrina (didache) de Jesucristo, que se apartaba de la ley (nomos) de Moisés, punto que podemos comprobar al estudiar los 108 versos que escribiera Santiago, durante los cuales vemos 58 mandamientos. Y, vemos por otro lado a Judas, escribiendo acerca de lo que Jesús, su hermano, tanto había predicado: Servicio.

Vivamos pues rectamente, y luchando por alcanzar la santidad, pues primeramente sin santidad no veremos a Dios; y luego, nos demos cuenta o no, nos lo propongamos o no, somos constantemente testimonio o influencia para otros en la caminata cristiana. Meditemos.

jueves, 1 de marzo de 2012

Sabiendo que el bien que hiciere, ese también recibirá del Señor.

Toda obra que el hombre ejecute le será pagada, sea ésta buena o mala. Pablo se lo explica así a los creyentes de Efeso: "Siervos, no sirváis al hombre como quien quiere agradar al hombre, sino a Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres; sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor" (Efesios 6:1-8).

Dice la escritura, que el día del Juicio será el día en que los libros serán abiertos, y cada ser humano recibirá un galardón, o un castigo según lo que esté escrito en los libros que cada uno haya hecho. Para los que en alguna medida han agradado a Dios, dice que hay galardones. Al menos se mencionan en la escritura los cinco siguientes: 1- Corona incorruptible: a quienes corran victoriosamente la carrera cristiana (1era. Corintios 9:24-27); 2- Corona de gozo: a quienes ganen almas para el Señor (Filipenses 4:1 y 1era. Tesalonicenses 2:19); 3- Corona de justicia: para todos aquellos que esperaron con ancia y santidad la venida de su Señor (2da. Timoteo 4:7y8); 4- Corona de vida: a quienes hayan sufrido sus padecimientos de una manera noble (Santiago 1:12); 5- Corona de gloria: a quienes apacientan fielmente la grey (1era. Pedro 5:1-4).

No en valde el Señor escribe en libros todo lo que hacemos. Se llegará el día en que esos libros serán abiertos, y cada uno recibirá su premio o su castigo. ¿Cuál sería el objeto entonces de un trono, de un juicio, de un acusador, de un defensor, de abrir los libros en Apocalipsis, de no ser así? Meditemos.