jueves, 26 de enero de 2012

¿Somos padres, que buscan a Dios?

Las palabras como padre o madre son exageradamente conocidas en el mundo, pero, una situación es decirse padre o madre, y otra, muy distinta, es serlo. Cualquier hombre se acuesta con una mujer y engendra un hijo, luego se va y otro viene tras él para criarlo. Pero ¿quién es el verdadero padre, el que lo engendra o el que lo cría?

Dios nos hace un llamado para que le digamos Padre. Y para que le llamemos padre lo único que necesitamos hacer es hacernos sus hijos. Dios quiere adoptarnos como hijos, Pablo en el libro a los creyentes en Roma les dice: "No habéis recibido un espíritu de esclavitud, sino uno de adopción por medio del cual llamamos Abba Padre a Dios" (Romanos 8:15). Abba es una expresión que significa "papito". Dios desea que seamos como niños esperando estar entre sus brazos y llamarle papito. Y, a raíz de eso, nos da un espíritu igual al de él para que nosotros no seamos tampoco "esclavizadores" de nuestros hijos naturales, sino libertadores de ellos. No podemos estar llamando a nuestros hijo a ira, no podemos estarlos maltratando. Cuando estamos con Dios, él no nos esclaviza, él no nos maltrata, sino que piensa y planea toda situación para que estemos lo más cómodo posibles. Por eso es agradable estar con Dios.

No podemos dar lo que no hemos recibido. ¿Qué darán nuestros hijos a sus hijos si nosotros no les damos amor, comprensión, tiempo de calidad? ¿Se sienten nuestros hijos oprimidos cuando estamos con ellos, o se sienten seguros y protegidos? ¿Cómo nos sentimos nosotros cuando estamos con Dios? Ahora bien, si no pasamos tiempo con Dios, no recibiremos nada, y "nada" será lo que tendremos para dar a nuestros hijos, y los primeros en recibir esos malos frutos, seremos nosotros mismos. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario