Si usted es una persona que NO conoce a Dios, el hecho de que el dinero que gana no cubra sus necesidades puede ser por muchas causas: indisciplina, desorden, tragos, mujeres, malas inversiones, etc.
Pero, si usted es creyente, sólo pueden haber dos causas, la primera: usted está pasando por un período de prueba porque usted está LLAMADO a un trabajo muy especial en el Señor. Y, éste período de penas y limitaciones es para llenarlo de lo que le va a faltar a otros, y que usted será quien los ayude. Y podrá ayudarlos más mientras más largo e intenso sea su período de prueba. Ahora bien, puede ser que la otra causa sea que Dios le está enseñando a usted a ser un DADOR ALEGRE (2da. Corintios 9:7). Es increíble, cómo, hoy en día muchos creyentes no le dan a Dios lo que es de Dios. Lastimosamente ésto sucede porque sus padres NUNCA les enseñaron a dar y compartir, en otras palabras NO tuvieron buenos guías; y otra razón, que es tanto o más lamentable es porque muchos líderes han comercializado el negocio de Dios. Han mercantilizado la obra de Nuestro Señor, lo que a repercutido en que por la abundancia del mal, el amor de muchos se está enfriando a costillas de su propio mal, pues al no dar no tienen abundancia.
Cuando NO le damos al Señor, o le damos, pero no con un corazón alegre, los unicos perdedores somos nosotros. Dios ama al que da, pero ama más al que da con alegría. Y castiga con un círculo vicioso de deudas y de entrampamientos, a quien no sólo no da para la obra pero sí gasta en sí mismo. Meditemos.
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