sábado, 28 de enero de 2012

Soldados del ejército de Dios.

Pablo, escribiéndoles a los creyentes de Tesalónica les dice: "Por cuanto vuestra fe va CRECIENDO... en todas vuestras PERSECUCIONES y TRIBULACIONES que soportáis... y después de esa TRIBULACION", daros reposo" (2da. Tesalonicenses 1:3,4 y 7). ¿Para qué? Para que seas considerados DIGNOS (verso 5) del Reino de Dios.

A Timoteo le dice: "Tú, pues, sufre penalidades como buen SOLDADO de Cristo" (2da. Timoteo 2:3). En todo reino, existe un ejército. Dicho ejército está formado por categorías de soldados. Al principiante le llaman simplemente soldado, pero conforme su entrenamiento va en aumento, su rango va subiendo, de allí que nosotros encontramos soldados rasos (nuestro diccionario del idioma lo declara como alguien que no tiene ningún título); luego encontramos cabo, sub-teniente, teniente, sargento, capitán, general, y general de división. Por supuesto, ya nos imaginamos que el tiempo invertido, el entrenamiento al que se someten, y el costo de dicho cargo van en aumento. ¿Para qué o por qué? Porque cada uno tiene una misión, una misión sencilla va con un soldado raso, pero una misión importante va con un soldado de élite. Cuando dichos elementos van a una misión, NINGUNO se presenta hablando de lo mal que le ha ido, todos se presentan con la mirada en alto y con el pecho inflado. Y mientras más alto sea su cargo, más se le infla el pecho. ¿Hemos visto cómo entran los agentes Bond a una reunión?

Ciertamente James Bond es un mito, pero su entrenamiento (tan sufrido, tan especial, tan honeroso) lo hace entrar SEGURO, CONFIADO, sabiendo que SU gobierno lo respalda en TODO. Por eso sufre el creyente, porque no es un soldado común de un ejército común, sino es UN SOLDADO DE EJERCITO DE CRISTO con una misión muy especial, y ESE sufrimiento, esa tribulación, esa angustia, simplemente es su entrenamiento para que llegue a ser un soldado de élite. Y tiene que ser considerado DIGNO de ese cargo. Meditemos.

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