lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Por qué no recibimos lo que pedimos?

¿Cuántas madres se mueren pidiendo por la fe de sus hijos, y ésta nunca llega? ¿Cuántas peticiones le hacemos al Señor, y no recibimos lo que pedimos? ¿En qué consiste que Dios a algunos sí les concede lo que piden y a nosotros no? ¿Será que Dios tiene consentidos?

Estas y otras muchas incógnitas rondan el corazón de casi todo creyente, pues muchas son las peticiones que hemos hecho, y las cuales no han tenido respuesta inmediata o quizás nunca la tendremos. La palabra dice que pidamos para que así recibamos; que toquemos la puerta, para que así se nos sea abierta; y que busquemos y así hallaremos (Mateo 7:7). Pero ¿cuál es la razón por la que muchas veces no recibimos y aún pidiendo con fe? Desde nuestro particular punto de vista hemos de decir que la escritura nos muestra claramente, que no todo lo que pedimos nos es necesario tener. Que no todo lo que pedimos nos conviene recibir; y que, muchas pero muchas veces lo que pedimos no lo recibimos en el momento por la simple razón de que no estamos preparados para eso en ese momento. Cuando alcanzamos la madurez; cuando ya no hay peligro de que lo que pedimos nos haga daño; cuando las condiciones son absolutas en libertad, paz, y sociego, entonces lo recibimos.

También hemos de decir que otros reciben más que nosotros porque Dios como Padre que es, tiene consentidos. Muchos creyentes se resisten a creer esto, pero la vida de un David tan pecador como fue el Rey; la vida de un asesino como lo fue Pablo; la selección que hizo Dios entre los 12 discípulos para elegir a Juan y darle la visión de todo lo que se trata acerca del final de los tiempos, nos hace creer que Dios SI tiene consentidos. Meditemos.

1 comentario: