sábado, 3 de diciembre de 2011

La abundancia vuestra, supla la escasez de ellos.

Las iglesias de Macedonia estaban pasando por un momento de crisis económica, sus miembros estaban pasando mucha escasez material, no así, espiritual. Pablo, entonces, recuerda a los creyentes de las iglesias de Corinto, el apoyo que hemos de tener unos con otros.

Les dice explícitamente Pablo a los cryentes de Corinto: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquezidos... ahora pues, también vosotros llevad acabo el hacerlo... PARA QUE LA ABUNDANCIA VUESTRA SUPLA LA ESCASEZ DE ELLOS" (2da. Corintios 8-14). Ese y nada más que ese ha sido el Espíritu de nuestro pequeño ministerio: "Pan y Palabra". Pensamos que si en lo académico un niño o una persona adulta tienen el estómago vacío, es muy pero muy difícil que asimile lo enseñado; en la misma forma, pensamos que si un niño o una persona tienen hambre, les es muy difícil sino imposible, creer que hay un Dios que suple toda necesidad. Por ello, desde hace 29 años hemos tratado de llenar primero el estómago de los oyentes, y luego dar el pan espiritual. A Dios gracias hemos visto MUCHOS BUENOS resultados.

Ese es el espíritu de Pablo, QUE LA ABUNDANCIA NUESTRA SUPLA LA ESCASEZ DE ELLOS. Alguien en el Instituto Bíblico nos enseñó una gran verdad secular: "Nadie es tan pobre que no pueda dar algo; pero, nadie es tan rico que no necesite algo". Al lado suyo hay alguien necesitado un niño, una viuda, un anciano... Vaya y supla esa necesidad. Meditemos.

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