lunes, 12 de diciembre de 2011

Desde el vientre de nuestra madre.

Es evidente en muchas escrituras que ha sido Dios quien en su absoluta e incomprensible misericordia, ha apartado a unos para vasos de bendición y a otros para vasos de ira. El capítulo 9 del libro de Romanos nos da una idea clara (leamoslo completo).

El rey David dijo: "Sobre tí fui echado desde antes de nacer, desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios" (Salmo 22:9-10). En el Salmo 65 David vuelve a decir de nuevo: "Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a tí, para que habite en tus atrios". La pregunta es: ¿Cuándo escoge Dios a quienes serán sus vasos de bendición y quiénes serán sus vasos de ira? El libro de Romanos nos lo explica: "A Jacob amé, a Esaú ABORRECI" (Romanos 9 verso 13). ¿Cuándo? "Pues no habían AUN nacido, ni habían HECHO ni bien ni mal, para que el PROPOSITO de Dios conforma a la ELECCION permaneciese..." (verso 11) ¿Qué hizo Jacob para ser amado? NADA. ¿Qué hizo Esaú para ser deshechado? NADA. No habían aún nacido, o sea que, estaban en el VIENTRE DE LA MADRE cuando Dios dispuso. En el Salmo 58 leemos: "Se apartaron los impíos desde la MATRIZ. Se descarriaron hablando mentira desde el nacimiento, veneno tienen como de serpiente" (versos 3-4). ¿Desde dónde? Desde la matriz, o sea, desde el vientre de la madre.

Es por la MISERICORDIA de Dios que le seguimos. ¿Acaso no somos dichosos? ¿Acaso no hemos de vivir dignamente como corresponde a Hijos de Dios, dado que no HICIMOS NADA para merecerlo?. Todos los días, a toda hora, debiéramos estar AGRADECIDOS que no fuimos aborrecidos sino amados del Señor... desde el vientre de nuestra madre, antes de haber hecho ni bien ni mal fuimos escogidos para vasos de honra y no para vasos de ira. Meditemos.

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