domingo, 2 de octubre de 2011

Por poco y me persuades.

Pablo es encarcelado por predicar el evangelio de Jesucristo; es perseguido por los reñigiosos judíos por estar predicando algo, que según los ellos, va en contra de su templo, de su ley, de sus costumbres (Hechos 26:3). Así, lo llevan delante del rey Agripa para acusarlo, pero pablo en su defensa responde así:

Pablo, inicia comentando cómo surgió el cristianismo, cómo Jesús los preparó y los intruyó para proclamarlo, y cómo él fue elegido para llevarlo a los gentiles luego que fuera él, uno de sus perseguidores. Pablo es tan elocuente, tan seguro de lo que dice, da tantas pruebas innegables de que así es el asunto, que el rey Agripa le dice: "Pablo, por poco y me persuades a ser cristiano" (Hechos 26:28). Esta es una lección que Dios nos dejó en las escrituras, muchas veces viviremos una vida sino ejemplar, quizás digna de que otros miren los cambios que Dios ha hecho en ellas; quizás nuestro estudio y nuestra preparación nos lleven a conocer bien la Palabra de Dios, y hasta la enseñemos con elocuencia como Pablo, pero, eso no significa que todo aquél oído que nos escuche, decidirá seguir a Jesús y su evangelio.

Sin embargo, nuestra misión es como la del mismo Pablo... seguir adelante. Vivamos, practiquemos y prediquemos el evangelio de Jesucristo, aún y cuando haya quienes no se conviertan, pero nosotros cumpliremos nuestro ministerio. Meditemos.

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