lunes, 17 de octubre de 2011

Promesas a la ligera.

Nosotros los humanos somos muy dados a hacer promesas cuando estamos en alguna pena o alguna aflicción. Salomón, el hombre más sabio que ha existido sin contar a Nuestro Señor Jesucristo, nos escribió al respecto.

"Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para OIR que para OFRECER EL SACRIFICIO DE LOS NECIOS; porque no saben que hacen mal. No te des PRISA con tu boca, ni tu corazón se APRESURE a proferir palabra delante de Dios porque Dios esstá en el cielo, y tú sobre la tierra, por tanto sean POCAS tus palabras" (Eclesiastés 5:1-2). Como decíamos, cuando el humano está en penas es cuando más busca a Dios. Cuando no hay salud, dinero, paz, trabajo, cuando hay discordia, enemistades, contiendas, etc. es cuando el humano tiene más a buscar a Dios. Es muy raro, aunque los hay, los casos en que estando uno en bienestar busca a Dios. Salomón no nos impide ni nos excluye de buscar a Dios cuando hay aflicción, lo que nos exhorta es a NO abrir nuestra boca con precipitación. No sea que, al final no podamos cumplir lo que prometimos a Dios.

Impresiona el hecho que Salomón señale como: OFRECER EL SACRIFICIO DE LOS NECIOS, el hacer una promesa a la lijera. Razonemos bien pues nuestras palabras delante de Dios, y, OIGAMOS qué tiene que decirnos EL antes de nosotros prometer algo. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario