viernes, 28 de octubre de 2011

Manos con ligaduras.

Cada vez que la autoridad toma como rehén a alguien, notamos que le ponen cadenas en las manos, ¿cuál es la razón? Pues simplemente que una persona con la manos atadas está incapacitada para casi todo.

En lo espiritual la situación no es muy distinta que digamos. Salomón nos lo muestra así en Eclesiastés capítulo 7 y versos 25 y 26: "Me volví y fijé mi corazón para saber y examinar e inquirir la sabiduría y la razón, y para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error. Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras; el que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso". ¡Qué situaciones las que examinó Salomón! la maldad de la insensatez, y, el desvarío del error. Y ¿qué es lo que trae como consecuencia esas desvirtudes? El caer en el lazo y la ligadura de la mujer de corazón sucio. ¿Y por qué se cae en brazos de la mujer de corazón sucio? Porque se ha desagradado a Dios.

Hemos visto el fruto de quienes han caído en los brazos de la mujer de corazón sucio... Salomón tenía razón: su vida es más amarga que la muerte. Ni siquiera el más duro de ellos, ha dejado de reconocer el dolor que significa haber lastimado a sus seres queridos, y, no es ni pacífico, ni próspero, mucho menos evidiable su estado final, ¿Por qué? Porque tienen ligaduras en las manos. Meditemos.

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