miércoles, 12 de octubre de 2011

A Jacob amé, a Esaú aborrecí.

Como humanos, NUNCA entenderemos la misericordia y otros atributos de Dios. Creemos que lo que interrumpe hoy en día ese concepto, es el derecho humano, la justicia humana, el poco juicio y conocimiento que tenemos de lo que está más allá de lo que logramos ver.

La justicia humana nos inidca que a un enemigo hay que eliminarlo solamente a él, pero cuando nosotros miramos la historia bíblica, vemos cómo Dios ORDENABA que cuando se atacara a un enemigo, habían de morir también los niños, las mujeres, y hasta los ancianos. ¿Cuál era la razón? Mas de alguno de ellos, el día de mañana, podía tomar venganza y ellos, SI iban a ser implacables (vea 1era. de Samuel 15:3). Viendo otro ejemplo logramos ver que NO entendemos la misericordia de Dios, en Romanos 9:3 leemos cómo Dios amó (agapeo); escogió, le dio la bienvenida a Jacob; pero, aborreció (miseo): odió a Esaú... SIN QUE HUBIERAN NACIDO, NI HECHO BIEN O MAL ALGUNO AUN, ALGUNO DE LOS DOS.

Y para que nadie discuta el o los por qués, dice más adelante en el libro Pablo: "¿Qué pues diremos, que hay injusticia en Dios? (verso 14)... Hombre, ¿quién eres tú, para altercar con Dios? (verso 20)... ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro? (verso 21). Si somos creyentes, es por la misericordia de Dios, no por nuestros méritos. Meditemos.

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