jueves, 27 de octubre de 2011

¿Queréis acaso iros también vosotros?

Engañoso es el corazón humano dice la palabra de Dios. Y vaya si eso no se cumple en cuanto a que mucha gente piensa que por asistir a la iglesia ya es salva. Jesús mismo dijo: "No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos" (Mateo 7:21).

Durante los años que llevamos en el cristianismo hemos podido constatar que no todos los que están dentro de la iglesia, son de la iglesia; y que, no todos los que están fuera de la iglesia, necesariamente, quedarán fuera de ella cuando el Señor venga para juzgar a los vivos y a los muertos. Si alguien estaba más que consciente de ello, era Jesús. Vea usted la forma en que él lo explica en el libro de Juan, en el capítulo 6 y versos 64 al 67: "Pero hay algunos de vosotros que NO creen... Y dijo: por eso os he dicho que NINGUNO puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre...Desde entonces MUCHOS de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él...Entonces Jesús dijo a los otros: ¿queréis iros también vosotros?.

Nuestros abuelos nos enseñaron que el hábito no hace al monje. Vaya si no es cierta ésta expresión ante los ojos de Dios. Muchos pueden andar por allí disfrazados de religiosos o de espirituales, pero Jesús sabe, que no son de los de él. Meditemos.

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