viernes, 10 de agosto de 2012

Unos a la derecha y otros a la izquierda.

Cuando Jesús les está respondiendo las preguntas que le hicieron acerca del fin de los tiempos, y les está explicando cómo será a cuatro de sus discípulos (Pedro, Jacobo, Juan y Andrés, ver Marcos 13:3) en Mateo 24 y 25. Vemos al final de las explicaciones que Jesús cuando venga a juzgar a las naciones pondrá gente a su izquierda y pondrá gente a su derecha.

El pasaje lo dice así: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda" (Mateo 25:31-33). Dios mira como oveja a todo aquél que le obedece y le agrada, pero mira como cabritos a todos aquellos que no gustan de obedecerle ni de agradarle. ¿Quiénes fueron y serán los que le agraden a Dios?  El mismo nos lo dice cuando explica que quienes le dieron de comer al hambriento; quienes le dieron de beber al sediento; quienes ayudaron a un extranjero; quienes compartieron sus ropas con los necesitados; quienes visitaron a los enfermos; y, quienes visitaron a los presos... esos irán a su derecha (Mateo 25:34-37).

Qué orgullo sentimos en éstos tiempos de relativa paz, decir que somos creyentes, que somos seguidores de Cristo, pero, si no cumplimos con esos requisitos que él mismo nos puso, entonces, ¿realmente somos sus seguidores? Escuchamos la pena ajena y decimos ¡pobre!, ¡ay, que pena! ¡Dios lo ayude! Pero nosotros no hacemos nada por él. Si es así, aún hay tiempo, podemos cambiar el rumbo de nuestros destinos eternos. Jesús nos dijo cómo. De lo contrario estaremos a la izquierda. Meditemos.

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