sábado, 18 de agosto de 2012

Buscando la santidad.

El autor, aún desconocido, del libro de Hebreos nos dice: "Sin santidad, nadie verá al Señor" (Hebreos 12.14). Pero ¿cómo encontramos la santidad en medio de un mundo tan corrupto y tan perservo como el que estamos viviendo hoy en día? El mismo autor nos da las claves en los versos anteriores.

Nos hace ver en el verso 11 que, ninguna "disciplina" (el original dice corrección o castigo por haber hecho lo incorrecto) parece al principio causa de alegría, pero que al final sí lo es. En otras palabras nos está diciendo que cuando hacemos algo incorrecto hemos de pagar las consecuencias, pero, si aprendemos la lección tarde o temprano eso será causa de alegría. En segundo lugar nos dice en el verso 12: "levandad" las manos caídas y las rodillas paralizadas. ¿Qué nos está tratando de enseñar?  Que le demos la gloria y la honra a Dios por las pruebas, por las angustias, por cada pena que nos permite pasar pues es símbolo de que no se ha olvidado de nosotros, que nos quiere pulir, limpiar, mejorar para que algún día seamos dignos de estar a su lado. En tercer lugar nos da un secreto más en el verso 13: "Haced sendas derechas para vuestros hijos". Esto es educar y caminar con nuestros hijos. No podemos llegar a la santidad si olvidamos a nuestra esposa y a nuestros hijos. Si tenemos una familia, no nos será posible alcanzar la santidad si no nos presentamos delante de Dios con ellos. Y por último nos dice: "seguid la paz con todos". En otra parte de la escritura se nos dice: "Mientras dependa de vosotros, mantened la paz".

No siempre dependerá de nosotros mantener la paz, pero mientras así sea, somos conminados a mantenerla con nuestros prójimos. El Señor dijo: "La paz os dejo, mi paz os doy... no como el mundo la da". Si Nuestro Señor Jesucristo nos dejó su paz, tomémola y busquemos la santidad con tranquilidad luchando por conquistar los obstáculos que la vida nos pone por delante. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario