miércoles, 29 de agosto de 2012

No fue ni será espectacular.

Cuando uno habla de la venida del Señor, uno espera que sea un evento totalmente anunciado, claro, específico, sin lugar a dudas. Que todo el mundo sin faltar uno sólo, diga: "En verdad, éste es el Hijo de Dios viviente". Hemos de decir que no será así. Cuando éste tipo de frases se dijo de Jesucristo la primera vez, fue muy tarde, pues fueron palabras que un soldado dijo cuando Cristo estaba expirando en la cruz (Mateo 27:54).
 
Cristo ofreció venir de nuevo para llevar a su pueblo al reino de los cielos a las bodas, pero hemos de decir que cuando venga, tampoco será algo espectacular. Esta vez quien hará una entrada espectacular será un suplantador, será el hijo de iniquidad, el hombre del mal, el anti-cristo. Este vendrá en un tiempo de angustia, de hambres, de pestes, de guerras, pero vendrá con engaño y hará que la gente diga: paz y seguridad. Pero tan sólo la gente lo dirá, no es que sea así. Este hombre de maldad, hará grandes proezas, hará milagros, dará la sensación de que es él a quien hemos estado esperando para que solucione todos los problemas de la sociedad. Será un ser extraordinario, pero no será el Hijo de Dios. Muchos le seguirán, muchos dirán debido a que está solucionando sus problemas: "En verdad éste es el hijo del Dios, viviente", pero no será así. Y, para que sepamos que no es él, por muchos milagros y maravillas que haga, tenemos que conocer al verdadero. Y, al verdadero solamente le conoceremos si escuchamos su voz cada día. Jesús dijo en Juan (10): "YO soy el buen pastor, y mis ovejas CONOCEN mi voz, y cuando YO las llame me seguirán".

¿Por qué reconocemos la voz de nuestra esposa, de nuestro esposo, de nuestros padres o hijos? Porque estamos acostumbrados a escucharlos todos los días, y eso ha pasado por 30, 40, 50 años. Esa es la única forma que tenemos que reconocer la voz de nuestro Señor, solamente si lo escuchamos todos los días por 10, 30, 40 años. Porque su venida no fue, ni será espectacular, muy a pesar de que cuando venga... todo ojo le verá.  Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario