Jesús dijo en uno de sus discursos de despedida, que si el amo de la casa vigila para que el ladrón no entre en la casa, evitará un daño tremendo a los habitantes de su casa. Y que, quien hiciera ese trabajo bien hecho, cuando él regrese en su gloria le dirá: "Bien, buen siervo bueno y fiel, bien has hecho".
Las consecuencias de que un amo de la casa, no haga su trabajo, son muy duras y en ocasiones "irreversibles", o sea que no tienen compostura. Por ello, es importante que nosotros seamos buenos amos de la casa, y que enseñemos a nuestros hijos a serlo.
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