lunes, 16 de julio de 2012

Los preparativos.

El lunes, se cortó la grama; el martes, se arregló el jardín; el miércoles, se pintaron las bases de las columnas y los pilares que sostienen el techo; el jueves, se prepararon las mesas, las sillas, y todos los utencilios de comida; el viernes, se lavó todo para que estuviera presentable el salón; el sábado se compró y se prepará parte de la comida; y para el domingo, se cocinó el resto. ¿Por qué o para qué? Porque era la celebración del cumpleaños de uno de los nietos.

Todo se hizo con tiempo, todo se prepará con dedicación, ¿por qué?, por el amor a un nieto, por amor a un hijo. Ahora bien, ya se puso usted a pensar el tiempo que lleva de preparación una boda. Pues lleva más tiempo por supuesto. Y la boda del Cordero de Dios, aún no ha sido, está en preparación. Por ello es que uno en ocasiones siente que el Señor se está tardando en venir por segunda vez. Sus palabras fueron: Me voy a prepararles una morada, pero vengo pronto". De ese día para acá han pasado dos mil años y nosotros quisiéramos que ya viniera. Pero porque conocemos que, aún y con nuestros grandes defectos, aún y con nuestras grandes debilidades lo tenemos a él en el corazón, le buscamos día a día, y eso nos hace ser parte de esa boda. Pero hemos de entender que muchos aún faltan por entrar, que la boda está en proceso, que el novio ya está listo pero la novia no. Todo saldrá perfecto, el jardín donde será la boda está siendo embellecido; se está pintando el contorno; las mesas y todo el mobiliario se está poniendo en su lugar; se está limpiando todo; y los alimentos están siendo preparados... pero aún no ha llegado el día.

Dice el libro a los creyentes en  Roma: "Porque no quiero, hermanos, que IGNOREIS ESTE MISTERIO... que hasta que haya entrado LA PLENITUD de los gentiles... vendrá de Sión el LIBERTADOR (entiéndase por libertador aquí, el novio, Romanos 11:25-26). La boda del Cordero está por venir ¿nos estamos preparando con tiempo? Meditemos.

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