lunes, 23 de julio de 2012

Al pie del Sinaí.

"Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos" (Exodo 32:25). ¿Por qué Moisés no estaba con el pueblo? ¿Cuál fué el desenfreno al que se sometió el pueblo de Israel? ¿Por qué lo hicieron?

La historia completa es ésta: Dios había sacado al pueblo de Israel de la "esclavitud" en Egipto, haciendo milagros grandiosos; lo había llevado por dos o tres lugares en el desierto en donde ya había hecho más milagros; habían transucurrido aproximadamente tres meses desde su salida cuando llegaron al pie del Monte Sinaí, también llamado Monte Horeb. Allí, Dios le dice a Moisés que suba al Monte y que deje al pueblo en la meseta del pie, es esa la razón por la cuál el "lider" no estaba. Lección uno: Un líder debe alejarse de su congregación solamente por estar en la presencia de Dios, en la búsqueda de Dios, en los consejos de Dios. Luego que Moisés sube al monte, el pueblo necesitado de tener un Dios palpable (ésta es la razón del desenfreno) "convence" a Aarón, el Suma Sacerdote, a que les permite hacer un ídolo, un "dios visible", y éste lo avala por la necesidad que ve. Lección dos: Dios no es un Dios que se mueva por las necesidades, si fuera así, no habría gente pobre y necesitada económicamente sobre la faz de la tierra. Jesús dijo: que Dios se mueve solamente para que "su nombre sea glorificado" (lea la sanación del ciego de nacimiento). Entre el monte en donde estaba Dios y la meseta en donde hicieron un ídolo no había mucha distancia. Lección tres: siempre estamos más cerca de Dios de lo que pensamos, lo que sucede es que por la falta de fe, necesitamos ver y tocar a Dios para saber que allí está él, pero lastimosamente nadie nos ha dicho que eso no le agradal, por ello es que nunca nadie lo vió o lo tocó, ni Moisés.

Dios desea que tengamos una comunión espiritual diaria con él en el espíritu... "ni en éste monte, ni en Jesuralén, sino en todo lugar, en espíritu y verdad"... fueron las palabras de Jesús a la samaritana, cuando le explicó en dónde se adora a Dios. De lo contrario haremos lo mismo que los israelitas hicieron en el desierto, haremos a Dios vergüenza entre sus enemigos. Meditemos.

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