viernes, 27 de julio de 2012

¿En dónde se reunía el que seguía a Jesús?

Hoy en día todos creemos que la iglesia está conformada por los grupos que se reunen cada domingo en los servicios, pero, ¿ya estudiamos en dónde se reunían las personas que siguieron a Jesús después de sus predicaciones?

El templo lo utilizaban los judíos para ira a orar y para ir a hacer la expiación de sus pecados, pero las enseñanzas las recibían en las sinagogas. Las sinagogas eran dirigidas por encargados que estaban al mando de los sacerdotes, esos sacerdotes y altos encargados de la ley que NO recibieron a Jesús cuando éste se presentó como el Hijo de Dios. Cada vez que Jesús predicaba, mucha gente le seguía, pero ya no podía seguir a Jesús y estar en la sinagoga, puesto que los que la dirigían no aceptaban a Jesús. Esto se ve muy claramente cuando Jesús sana a un ciego de nacimiento, veamos la historia resumida (Juan 9): Había un ciego de nacimiento al cuál Jesús encuentra; Jesús escupe en el suelo le toca los ojos y éste recupera la vista; los religiosos se enteran y lo entrevistan; él confiesa que fue un tal Jesús; llaman a los padres y éstos no saben nada; solamente responde a él pregúntenle ya tiene edad; ¿por qué los padres no responden? La respuesta nos la da la misma biblia en Juan 9:22: "Esto dijeron sus padres, porque tenían MIEDO de los judíos, por cuanto los judíos ya habían ACORDADO que si alguno CONFESASE que Jesús era el Mesías, fuera EXPULSADO de la SINAGOGA". Y, por si esto no fuera suficiente vemos en el verso 34 de éste mismo capítulo que el ciego es EXPULSADO de la sinagoga, por reconocer que Jesús era el Mesías.

Jesús no metía gente a la sinagoga, más bien la sacaba. Jesús fundó un iglesia que se reunía en CASAS (1era. Cor. 16:19, Aquila y Priscila; ). La iglesia primitiva se fundó en CASAS (Hechos 2:42); el aposento alto era una CASA (Hechos 1:3). Como lo podemos ver, TODA la iglesia primitiva no se fundó para que se realizara alrededor de las sinagogas ni del templo, sino, preguntamos ¿Por qué razón Dios había de permitir que éste fuera destruido, si iba a ser tan necesario o tan importante? ¿Por qué los que dirigían las sinagogas NUNCA aceptaron ni estuvieron de acuerdo con Cristo? Mas bien los hechos nos dan evidencia que Dios lo que quería era lo contrario, que no IDOLATRARAMOS ni las sinagogas ni el templo, porque el templo son las personas y no las paredes. Meditemos.

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