jueves, 1 de marzo de 2012

Sabiendo que el bien que hiciere, ese también recibirá del Señor.

Toda obra que el hombre ejecute le será pagada, sea ésta buena o mala. Pablo se lo explica así a los creyentes de Efeso: "Siervos, no sirváis al hombre como quien quiere agradar al hombre, sino a Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres; sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor" (Efesios 6:1-8).

Dice la escritura, que el día del Juicio será el día en que los libros serán abiertos, y cada ser humano recibirá un galardón, o un castigo según lo que esté escrito en los libros que cada uno haya hecho. Para los que en alguna medida han agradado a Dios, dice que hay galardones. Al menos se mencionan en la escritura los cinco siguientes: 1- Corona incorruptible: a quienes corran victoriosamente la carrera cristiana (1era. Corintios 9:24-27); 2- Corona de gozo: a quienes ganen almas para el Señor (Filipenses 4:1 y 1era. Tesalonicenses 2:19); 3- Corona de justicia: para todos aquellos que esperaron con ancia y santidad la venida de su Señor (2da. Timoteo 4:7y8); 4- Corona de vida: a quienes hayan sufrido sus padecimientos de una manera noble (Santiago 1:12); 5- Corona de gloria: a quienes apacientan fielmente la grey (1era. Pedro 5:1-4).

No en valde el Señor escribe en libros todo lo que hacemos. Se llegará el día en que esos libros serán abiertos, y cada uno recibirá su premio o su castigo. ¿Cuál sería el objeto entonces de un trono, de un juicio, de un acusador, de un defensor, de abrir los libros en Apocalipsis, de no ser así? Meditemos.

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