martes, 6 de marzo de 2012

Fielmente te conduces.

Una de las virtudes que Dios más premia, es la fidelidad. Una persona fiel es una persona de un sólo ánimo, es en una sola palabra, una persona confiable. Las personas que más daño hacen a los demás seres humanos son las personas que no son fieles ¿por qué?, pues porque son de doble ánimo.

Juan, en su tercera epístola nos habla de una de las maneras más simples y sencillas de cómo demostrar nuestra fidelidad, veamos: "Amado (le escribe a Gayo, un discípulo suyo), FIELMENTE te conduces cuando prestas algún SERVICIO a los hermanos, especialmente a los desconocidos" (3era Juan verso 5). ¡FIELMENTE te conduces cuando prestas un servicio! En otra parte de las escrituras de éste mismo apóstol leemos: "Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener NECESIDAD, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? (1era. Juan 3:17). En otras palabras, si algún hermano se acerca a uno pidiendo ayuda ¿no creemos que lo hace porque sabe o tiene la esperanza que allí encontrará la ayuda que necesita? Y si nosotros cerramos nuestros ojos y oídos a ese clamor, a esa angustia, ¿cómo pretendemos que cuando le clamamos a Dios, él nos reponda INMEDIATAMENTE, si nosotros no lo hacemos a una escala menor con nuestros hermanos?

!NO ESPEREMOS RESPUESTA INMEDIATA DE DIOS, si cuando alguien nos llama para pedir ayuda nos hacemos los sordos¡ La forma más práctica para esperar que Dios nos responda PRONTO en nuestra pena, es directamente proporcional a los oídos e interés que le pongamos a la pena del hermano. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario