lunes, 12 de marzo de 2012

Con tal que sea en el Señor.

¿Qué nos es permitido hacer y qué nos es prohibido hacer cuando estamos bajo sujeción? Esta es una pregunta que tiene dos caminos como muchas situaciones en la vida. Pero la diferencia la hace... estar en el Señor.

Toda persona debe sujetarse a su autoridad superior nos dice la escritura, pero, en el Señor. Los hijos deben obedecer a los padres, siempre y cuando sea algo permitido por las leyes del Señor. La esposa debe sujetarse al marido, siempre y cuando respete las normas del Señor. El empleado debe sujetarse a su jefe, siempre y cuando se respeten los estatutos del Señor. ¿A qué nos referimos? Pues a lo siguiente: Los hijos deben obedecer a los padres en todo, siempre y cuando no les den una orden que sea penalizada por Dios como por ejemplo: que sean enviados a robar, a vender drogas, etc. La esposa debe sujetarse al marido, siempre y cuando no rompa con las leyes de Dios por ejemplo: no debe dejarse vender o prostituir sólo porque no hay dinero en casa. Un empleado debe honrar a su jefe con respeto y obediencia, pero no en el caso que lo envíe a dar mordidas, palancas, dádivas o como le querramos llama, para sacar una mercadería de la aduana por decir un caso.

Pablo nos dice que debemos tener obediencia, pero siempre y cuando sea en el Señor. En otras palabras siempre y cuando lo que nos pidan o lo que ordenemos esté "DENTRO" de las leyes, normas, o estatutos del Señor merecemos y nos merecen obediencia. Meditemos.

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