jueves, 24 de noviembre de 2011

Todos somos parte del cuerpo de Cristo.

Pablo les explica a los Corintios en su primera carta, que la iglesia de Cristo se asemeja a un cuerpo humano, y que, si ciertamente el cuerpo humano tiene cabeza, manos, pies, y otros miembros; por el hecho de que todos sean necesarios no implica que todos los miembros tengan que ser manos, pies, o cabeza (ver el capítulo 12 completo).

En verdad el cuerpo necesita una cabeza para pensar, pero necesita una mano y un pie para moverse y ejecutar; lo cual no implica que la cabeza sea más importante que los pies o las manos. TODOS los miembros son necesarios en el cuerpo nos indica Pablo, de la misma forma cada creyente tiene una misión, un trabajo, un ministerio en los caminos del Señor. Unos nacieron para ser apóstoles, otros serán profetas, otros maestros, otros evangelístas, otros tienen el don de sanar, etc. Pero todos somos necesarios. Es por ello que NADIE debe jactarse del área en que el Señor le utiliza.

¿Cómo conocer para qué nos requiere el Señor? Eso, El mismo nos lo dará si nosotros todo lo que hacemos es tener comunión diaria con El. El nos irá abriendo puertas para evangelizar, para consolar, para servir, etc. Pero hemos de conocerle leyendo la palabra, intercediendo por otros en oración, sirviendo al que podamos, repartiendo al necesitado, etc. Y El, y solamente El, nos indicará nuestro camino. Meditemos.

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