A todos en la congregación nos es muy fácil confundir, por la religiosidad que el hombre trae innata en el corazón, el hecho de que no debemos tener comunicación (nótese que decimos comunicación, no intimidad que es diferente), con las personas impías.
Jesús mismo tuvo comunicación, no intimidad, con personas impías (de qué otra forma pueden llegar entonces a los caminos de Dios). Y, Jesús mismo nos incita a que vayamos por el mundo predicando su evangelio, el cuál, por lógica, no se le predica a quien ya lo conoce. Pablo, en otro sentido, nos incita a NO tener intimidad con otra clase de personas que son más peligrosas aún que los impíos, notémoslo: "Más bien, os escribí que NO OS JUNTÉIS con ninguno que, LLAMÁNDOSE HERMANO, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal NI AUN COMÁIS" (1era. Corintios 5:11). Esa es la clase de persona peligrosa, que nos puede quitar la fe, los galardones en el Señor. Ahora quizás entenderemos mejor, cuál era la razón por la cual Jesús se reunía a comer con prostitutas, con ladrones, con toda clase de gente despreciable... pero no lo vemos NUNCA sentado a la mesa con los religiosos.
Lo hemos dicho muchas veces y lo repetiremos las que sean necesarias, la RELIGION no salva a nadie, es la RELACION con Dios la que nos da el reino de los cielos. No fue una religión la que murió por nosotros, fue una persona (Jesús, el Cristo) quien lo hizo, y con quien tenemos que tener una INTIMA RELACION. Meditemos.
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