jueves, 3 de mayo de 2012

La lucha por el pecado oculto.

Lo hemos mencionado en ocasiones anteriores, TODOS tenemos pecados que los demás no ven. Hay pecados que nosotros llevamos muy a flor de piel y todo el que nos mira o nos oye se da cuenta. La mentira, la impuntualidad, la indisciplina, el robo, la bebida, etc. son pecados visibles.

Pero, existen los pecados a los que se refirió David en uno de sus salmos: El pecado oculto. Ese pecado que casi sólo nosotros sabemos que tenemos, o en ocasiones, ni siquiera nosotros lo sabemos. Pues es un pecado que aflora "hasta que" le llega su día. Ahora bien, así como es importante que sepamos este punto, también es importane que entendamos el hecho que muchos de nosotros ya identificamos ese pecado, y estamos haciendo la lucha por vencerlo. Este es un punto muy importante pues el ser humano está condicionado a sólo ver ú oír lo último que sucede en la vida de otras personas, y, cuando aflora un mal o un daño, ese mal o ese daño acaba con años y años de servicio, años y años de ayuda, años y años de una buena calidad de vida que esa persona haya hecho o llevado. No estamos diciendo aquí que seamos como decían los abuelitos: alcahuetos con el mal o con el pecado, pero, sí debemos antes de juzgar a alguien tratar de entender la posible lucha que ésta persona haya estado haciendo.

¿Cómo identificamos esa lucha? Bueno, volvemos al principio pues hemos de decir que cuesta mucho verla en algunos casos, el que bebe y va dejando de beber es muy fácil ver que antes salía cargado de una reunión y hoy sale por sus propios medios. Pero existen otras luchas no visibles que tienen también mérito. Lo mejor es tratar uno de ser misericordioso con los demás, para que los demás sean misericordiosos con uno. Aunque repetimos, muy aparte es ser uno alcahueto con el pecado y otro, el ser misericordioso. Que Dios nos de el discernimiento para tal juicio. Meditemos.

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