sábado, 16 de junio de 2012

La necedad ligada al corazón humano.

En el libro del profeta Jeremías vemos constantemente la necedad ligada al corazón humano. Por siglos los judíos han tenido fama de ser personas necias, obsecadas, y hasta tercas ( no es de extrañar pues Dios mismo lo reconoció en Jeremías 4:22). Pero si somos honestos, esas características encuadran a cualquier humano sobre la faz de la tierra en determinadas circunstancias.

Jeremías, siendo hijo de sacerdote (Jeremías 1:1) tenía acceso muy directo a la cúpula de mando del pueblo de Israel, sin embargo, eso no le ayudó en nada para poder llevar a cabo su ministerio. Resultó que los grandes enemigos de Jeremías fueron precisamente esa cúpula (recuerde usted que quien metió a la cárcel y torturó a Jeremías fue Pasur, el principal sacerdote (Jeremías 20:2). Fueron ellos los que negaron su ministerio y quienes hasta quisieron entregarlo para matarlo (Jeremías 26:24). ¿Cuál fue el pecado de Jeremías? NO DECIR LO QUE EL PUEBLO QUERIA ESCUCHAR. Todos queremos escuchar profecías en donde se nos diga que "todo terminó", que de ahora en adelante predicaremos y se llenarán los estadios; que se os abrirán puertas por aquí y por allá; que seremos bien recibidos en los altos medios; que se llenarán nuestras bolsas de dinero, etc.  Pero nadie quiere escuchar persecusiones, nadie quiere escuchar una vida oculta, difícil, una vida de frustraciones, etc. Sin embargo, para los tiempos del fin... todos los profetas y hasta Jesucristo nos dijeron: "Habrá GRAN CALAMIDAD en la tierra (Lucas 21:23)... y habrá GRAN TRIBULACION, la cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora" (Mateo 24:21).

¿A quién vamos a creer, a los profetas que vienen en nombre propio, o a los profetas que vienen de Dios? Decir la verdad no implica ser pesimista. Jeremías dijo que venían 70 años de cautiverio, cuando todos querían escuchar que habría paz, pero lo que les vino fueron 70 años de cautiverio. Ahora, en los tiempos del fin viene ¡Gran Tribulación!; viene "Gran Calamidad", pero eso, no le gusta a la gente... ellos quieren escuchar paz. Meditemos.

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