miércoles, 6 de junio de 2012

El teléfono directo de Dios.

Anoche en la reunión de la iglesia en el hogar, el hermano que llevó el mensaje nos habló de lo que significa, de lo que implica, de lo que es la oración. Nos mostraba que la oración es el camino más corto para llegar a Dios. Que la oración, es en palabras coloquiales: "El teléfono directo a la oficina del Dios".

Con porciones del libro de Proverbios, de los Salmos, de Crónicas y otros versos, fuimos guiádos a ver que la oración es una comunicación directa con nuestro Padre celestial. Así como en lo natural un hijo se comunica con el padre, así también en lo espiritual el hecho de orar, nos hace tener una comunicación directa y franca con nuestro Padre celestial. Uno de los conceptos que más nos llamó la atención es que se mencionó un detalle que es muy significativo: "En la medida que oramos... vamos cambiando". Mientras más tiempo pasamos en la presencia de Dios, más cambiamos. Y si lo analizamos es lógico. Se dice que en el matrimonio las parejas nos llegamos a parecer, pues el hecho de estar en constante comunicación y relación, nos hace que pensemos lo mismo, que nos guste lo mismo, que querramos lo mismo, y hasta que tengamos los mismos modales, ademanes o expresiones. Así sucede con nuestro Padre celestial, en la medida que lo tratamos nos vamos purificando y pareciendo a él, de allí el cambio que experimentamos.

Se nos enseñó que el Señor quiere comunicarse con nosotros y que se goza en ello. Que por medio de la oración nosotros podemos agradecerle lo que ha hecho por nosotros, podemos interceder por las necesidades de otros, y podemos también pedir por nuestras necesidades. La idea del mensaje era exhortarnos a comunicarnos "más" con Dios por medio de la oración. Meditemos.

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