miércoles, 13 de junio de 2012

Construyendo sobre la roca.

Todos aquellos que de una u otra forma nos dedicamos o hemos estado involucrados en la construcción, sabemos que un cimiento tiene que estar sobre suelo sólido. Si construimos o levantamos una pared sobre suelo débil, estamos condenando esa construcción a una destrucción repentina sea por factores externos o propios.

Lo mismo sucede con la vida espiritual, es cierto que nuestros patriarcas y la mayoría de ancestros no asistieron a ningún templo, que no fueron a ninguna iglesia, que no se congregaban en ninguna cinagoga, pero, el hilo que los sustuvo toda la vida fue una relación directa y personal con Dios. Si nosotros nos congregamos pero no poseemos ese tipo de relación es como si estuvieramos fuera; y si no nos congregamos pero tenemos una relación estrecha con Dios a diario (aún y con nuestros defectos espirituales muy marcados: recuerde el carácter guerrero y sanguinario de David, recuerde la debilidad por las mujeres de Salomón, recuerde el carácter violento de Pedro y de Pablo) es como si estuviéramos dentro. Jesús mismo nos exhortó a "construir sobre la roca". ¿A qué se refería?  Pues la Palabra de Dios nos dice que la "roca" que despreciaron los judíos antiguos, es Jesucristo. Aquél que si hoy aceptamos aquellos que somos gentiles (nacidos no judíos) nos hace ser parte del pueblo de Dios.

En lo espiritual construir sobre la roca es extender nuestro corazón a Dios y nuestra mano al necesitado (Mateo 7:24). Siempre está en nuestra mente el estar atento a la relación diaria con Dios, pero también el estar pendiente de a quién podemos ayudar, especialmente si esa persona es una viuda, un huérfano, un extranjero. Esa, según dice la escritura: Es la verdadera religión, el verdadero cristianismo (Santiago 1:27). Meditemos.

1 comentario:

  1. Eso mismo tiempo estamos viviendo hoy en día hermano en cristo y la gente no quiere buscar a Dios

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