lunes, 11 de junio de 2012

Es Dios quien elige y prepara.

Cuando estudiamos libros como el de Jeremías y vemos ciertos pasajes tan certeros como el del capítulo 1 y versos 5 al 7, no podemos o no debíeramos de dar cabida a la duda. NO es el hombre quien elige seguir a Dios, es Dios quien elige tomar al hombre y apartarlo del mundo.

Vea cómo inician esos versos: "ANTES que te formase en el vientre te conocí, y ANTES que nacieses te santifiqué, te DI por profeta a las naciones" (verso 5), a lo cuál Jeremías dice: ¡Ah, Señor Jehová!  soy un niño que no sabe ni hablar (verso 6); a lo que Dios le responde: "No digas soy un niño; porque a todo lo que te ENVÍE irás tú, y dirás todo lo que te MANDE" (verso 7).  ¿Alguna duda de quien elige a quién, o de que, quién es el que manda?  ¿Quién eligió a Abaham, o fue Abraham el que eligió a Dios? ¿Quién eligió a David, o fue David el que eligió a Dios? ¿Quién eligió a los doce discípulos, o fueron los discípulos lo que eligieron a Jesús? ¿Quién eligió a Pablo, o fue Pablo el que eligió a Dios?.  Jesús oró en su discurso de despedida en Juan 17: "Señor, no te pido que los saques del mundo, sino tan sólo que los guardes del mundo; pues aunque están en el mundo, no son del mundo... ni éstos, ni los que han de creer en mí por medio de éstos".

No hay la menor duda, que no somos nosotros los que elegimos a Dios sino es Dios quien nos elige, desde ANTES que estemos en el vientre de nuestra madre. Y por supuesto, es él quien nos prepara mientras hacemos nuestras labores en el mundo para luego emplearlas en el ministerio. A Jeremías le dijeron algo que podríamos tomar para nosotros hoy: "No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte" (verso 8). Meditemos.

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