lunes, 10 de septiembre de 2012

La última semana de Daniel.

Daniel, debido a que se vió obligado a participar en los sueños del rey Nabucodonosor (Daniel 2), tuvo muchas inquietudes acerca de lo referente a las setenta semanas de años a que se refería Dios con respecto a su pueblo Israel (Daniel 9:24). Luego de haber orado y pedido a Dios que se las explicara, él nos explica en su libro, cómo Dios estableció lo que se conoce como la "última" de esas semanas.

Habían de pasar en "total" 69 semanas de años de las 70, o sea, 483 años desde que salió la orden de restaurar los muros y la ciudad en tiempos de Ciro el Grande hasta la muerte del Hijo de Dios. Luego, se cumpliría la última semana de años, o sea, los últimos siete años de la profecía. Pero, y eso la historia lo muestra, no era inmediatamente. Primero había de establecerse un reino de 10 reyes o reinos, los cuales son representados por 10 cuernos que saldrían del antiguo Imperio Romano en Daniel 7:7; de esos 10 cuernos o reyes había de sobresalir uno, llamado también el "cuerno pequeño" (Daniel 7:8). Ese cuerno perqueño representa y es el hijo de pecado, el hombre de iniquidad, el príncipe que había de venir de aquél pueblo que destruyó la ciudad de Jerusalén en el año 70 de nuestra era (Daniel 9:26). Y, hasta entonces, hasta que éste príncipe asome su cabeza en la escena mundial estaría la posibilidad de que esa "última" semana iniciara. ¿Cómo iniciará? Pues el mismo Daniel nos lo dice en el verso 27 del capítulo 9: "haciendo un pacto con el pueblo de Dios". A la luz de la historia, preguntamos ¿Por qué los judíos no aceptaron a Nuestro Señor Jesucristo cuando vino? Porque estaba en el Plan Divino, Jesús mismo lo dijo: "Yo vine en el nombre de mi Padre, y no me recibísteis; otro vendrá en su propio nombre (el anticristo), y a ese recibiréis" (Juan 5:43). Los judíos no recibieron a Nuestro Señor Jesucristo cuando vino, porque en el Plan Divino está escrito que: "cuando lo judíos vean al anticristo firmando un pacto con ellos y para ellos, dándoles paz y seguridad, a él van a recibir como su mesías, a pesar de que no viene en el nombre del Padre sino en su propio nombre". Y, preguntamos: ¿Si los judíos dicen que "ese" es "su" mesías, quién en el mundo podrá decir que están engañados?

Jesús también dijo: "en el fin, mirad que NADIE os ENGAÑE" (Mateo 24:4). Y añadió: "MUCHOS" serán engañados (Mateo 24:5). ¿Sólo teniendo una relación íntima con el verdadero Mesías, podremos reconocer cuando venga el falso. Pero, si nos sentimos poco espirituales, el Señor aún así nos dejó una "señal"... el anticristo será aquél líder mundial que firme un "pacto" que traiga "aparente" paz y tranquilidad al pueblo de Dios. Meditemos. 

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