viernes, 21 de septiembre de 2012

Ayuda solidaria.

Muchos gobiernos hoy en día están dando lo que se ha denominado "ayuda solidaria" a personas necesitadas, dicha acción nació a raíz no sólo del hecho de que hay tremendas necesidades a nivel mundial, sino más bien por el hecho de que hace ganar votos a la hora de las elecciones venideras.

El punto de vista de ayudar a los demás, jamás será mal visto ni por los hombres de buena fe ni mucho menos por Dios. El punto es que, se debe encontrar un equilibrio para que lo que es "ayuda" solidaria no se convierta en "carga" solidaria. Nos explicamos. Qué bueno es que cuando tenemos necesidades provocadas o no por nosotros mismos, alguien venga y nos tienda la mano en ayuda, pero, es "ayuda" para mientras que salimos adelante, no debe de entenderse por "manutención" obligada. Lastimosamente muchos gobiernos no explican eso a las familias recipientarias, lo que está causando muchos problemas sociales alrededor del mundo. Eso exactamente nos puede suceder a nosotros en la iglesia, cuando ayudemos a alguien hagámosle saber que es una "ayuda" mientras que sale adelante, no es una "adopción". Lo vemos muy claramente en la iglesia primitiva, cuando nosotros estudiamos el libro de los Hechos de los Apóstoles vemos cómo funcionaba la iglesia en sus albores. Todos traían lo que tenían, ni siquiera lo que podían sino lo que tenían... ¿para qué? Para que NADIE tuviera necesidad (Hechos 4:34). Y, el Espíritu de Dios se movía de tal forma que cuando alguien se quería pasar de listo... simplemente moría (vea el caso de Ananías y su esposa Safira en Hechos 5:1-11).

Cada vez que podamos ayudar, si Dios nos indica que tenemos que ayudar, hagámoslo... pero, indiquemos que es una "ayuda" no una "adopción", pues como vemos en el caso de Ananías y Safira esa ayuda hasta puede llegar a ser de mayor problema que bendición. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario