martes, 25 de septiembre de 2012

Hay perdón, pero también hay factura.

Pongamos el ejemplo de que usted entra a un almacén para comprar una lavadora, pero, en lo que está viendo la lavadora retrocede un poco y tira al suelo un televisor pantalla plana de 42 pulgadas que vale alrdedor de $ 800 o su equivalente en moneda nacional. Usted lo primero que tiene que hacer es disculparse, lo más seguro es que la disculpa sea aceptada porque viene de todo corazón, pero, el televisor lo tiene que pagar. Usted no puede salir de la tienda sólo por haber pedido disculpas y ya.

En lo espiritual nos sucede lo mismo, muchos creen que se puede cometer un pecado, pedir disculpas de todo corazón y que la vida continúe como si nada hubiera sucedido. NO. No es así. Supongamos que usted siendo casado, tiene una relación amorosa con una su vecina, la vecina con el tiempo espera un bebé suyo, y todo el mundo se empieza a enterar. Usted "quiere" solucionar el problema, lo primero que hace con todo y su verguenza es pedir perdón a Dios, con él el asunto es bastante fácil porque no baja de los cielos con el dedo acusador como lo hacemos los humanos; luego el segundo paso, pedir perdón a su esposa con el consabido dedo acusador, pero supongamos que como lo pide de todo corazón le es concedido. Luego tiene que pedirle perdón a su vecina, como lo hace de todo corazón también le es concedido. Y ya, ¿problema solucionado? Pues no, porque en nueve meses viene la "factura". Y ese niño estará allí hasta que él se muera, o, hasta que usted se muera. Un ejemplo de ésto es el pecado que David cometió en contra de Betsabé, y la factura tan cara que pagó David.

Hay personas que no conocen a Dios y que no lo tratan de conocer porque creen que "hay pecados que Dios no perdona", pues les tenemos unas buenas noticias, "no hay pecado que Dios no perdone" si nos acercamos de todo corazón. Lo que sí tenemos que entender es que "aún y cuando" el perdón "llega o es concedido", las "consecuencias" (léase la factura) las tenemos que pagar tarde o temprano, por poco o por mucho tiempo. Meditemos.

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