viernes, 3 de febrero de 2012

Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

En el mundo dicen: "Todo lo que se siembra, se cosecha". Eso quiere decir que un árbol de manzanas nuna le dará peras; que un árbol de limones nunca le dará piñas. La semilla que uno siembra, germina y da su fruto. En lo espiritual también es así.

Hace casi 35 años nos venimos a vivir a una montañas muy lindas de Guatemala, cuando lo hicimos la opinión de todos era que estábamos locos, cómo nos veníamos a vivir con niños recién destetados a un lugar que parecía un potrero, rodeado de vacas, caballos, gallinas, cerdos, etc. de lo que en ese entonces eran fincas aledañas. Así de rústica era la colonia que vivíamos apenas 10 o 12 familias, entre ellas sólo dos éramos creyentes. Las reuniones de la asociación para protegernos eran de cinco miembros, y en una de las reuniones un vecino quien era muy religioso se levantó y dijo: "tenemos que controlar a los cristianos, porque si no dentro de poco toda la colonia estará llena de ALELUYAS haciendo bulla por todos lados". Esa persona nunca supo ni lo sabrá que estábamos reunidos en un garage que servía de templo los domingos; que él estaba sentado en una silla comprada por aleluyas; que la mesa en donde comimos la servimos aleluyas; y hoy, que a él le dió un derrame y está casi paralizado, no habla, y no puede valerse por símismo, somos los aleluyas los que oramos e intercedemos por él, los de su religión ni se acercan a su casa.

Todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará. Esta conclusión está en el libro de Gálatas en el capítulo 6 y verso 7, pero, la premisa de ese verso dice: "No os engañéis, Dios no puede ser BURLADO". La palabra griega para BURLADO es "mukterizo" que significa: No se ría de...; no se mofe de...; no sea burlezco con...DIOS, en éste caso. Lo que sembramos eso también cosecharemos. Meditemos.

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