domingo, 5 de febrero de 2012

¿Por qué oramos por otros?

Pablo enseña a los creyentes de Roma que intercedan por otros, especialmente por los que están enfermos, pues Jesucristo intercede por nosotros siempre. Jesucristo nos da el ejemplo de lo que quiere que nosotros hagamos, él es nuestro guía.

Cuando uno ora por otras personas, uno se va sintiendo parte de su problema, o sea, lo va comprendiendo mejor. En ocasiones uno ora por personas que están pasando por los mismos caminos que a uno ya le tocaron pasar. Nadie mejor que alguien que ya haya pasado ese camino para aliviar la pena de otro. El pastor y escritor Charles R. Swindoll en su libro "Desafío a servir", nos dice: "Muchas personas están sufriendo, pero no sienten la libertad para decirlo hasta que voluntariamente nos acercamos a ellas para escucharlas". La pena, la escasez, la limitación económica, la necesidad nos dan verguenza, esa verguenza no nos permite hablar con cualquier persona, pues el prejuicio de que pensarán que no estamos haciendo la lucha suficiente,o, de que estamos en ésta situación por nuestra sola y absoluta culpa, sobrepasa el valor de poder abrir nuestro corazón. Pero, cuando una persona a estado orando por otra, y se acerca para decírselo, la persona en angustia abre su corazón sabiendo que va a recibir ayuda y no burlas o menosprecios.

Hoy, es alguien cercano o lejano a nosotros el que está en penas, pero, y ¿si mañana fueras nosotros? Acaso no nos gustaría que alguien se acercara y nos dijera: "Estoy orando por tí, y el Señor me dijo..." ¡Ah, qué alivio! el saber, por medio de alguien a quien sí vemos, que alguien a quien no vemos pero que él sí nos mira a nosotros... ESTA PENDIENTE DE NOSOTROS. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario