lunes, 13 de febrero de 2012

E irán al castigo eterno.

El capítulo 25 de Mateo nos narra cómo será el día en que Cristo venga en su reino, y nos dice que nombrará a unos y los pondrá de su lado derecho, éstos, serán sus OVEJAS; y pondrá a otros en su lado izquierdo, éstos, serán llamados CABRITOS. Como vemos, es Cristo mismo quien hace una separación. No es criterio ni designio de hombre alguno hacer esa división.

Les dice Cristo a los de la derecha: "Venid, BENDITOS (Eulogeo... consagrados) de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" (Mateo 25:34). Pero a los de la izquierda les dice: "Apartaos (Poreuomai, larguense, váyanse) de mí, MALDITOS (Kataaromai... destino funesto, muerte), al fuego eterno (Aionios, eterno, sin fin, que nunca cesará, que será para siempre). Como podemos ver en éstos pasajes llegará un día, señalado por Dios desde el inicio de los tiempos, en que habrá un juicio y una sentencia; para los benditos, será un tiempo de galardones pero para los malditos, será un tiempo de mucho dolor. Existen corrientes actualmente que desdicen lo que Cristo afirmó, y confirmó con su muerte. Toman el amor de Dios como liberarlismo y lo enseñan como misericordia sempiterna para cubrir cualquier tipo de vida espiritual, asumiendo que un Dios de amor es IMPOSIBLE que castigue a un pecador.

Ciertamente el amor de Dios cubre cualquier pecado, pero hay condiciones que cumplir para ello. No podemos andar predicando a un Dios bueno porque sí, no importando si pasamos o no sobre sus leyes, normas, estatutos, y planes. Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado, así que, mientras alguien no deje su pecado Dios no lo amará. Y si esa persona muere con ese pecado, será MALDITO para siempre e irá al castigo eterno sin otra oportunidad de salvación). Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario