viernes, 17 de febrero de 2012

Pero tú, sé sobrio y soporta las aflicciones.

Pablo, escribiéndolo a Timoteo en una segunda espístola le dice: "Timoteo, sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio" (capítulo 4 y verso 5), pero antes le habia escrito: "Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación" (verso 1).

Hay un día señalado por Dios y desconocido por nosotros los hombres, cuando Dios Padre se sentará en su trono blanco (según Apocalipsis) y juzgará a las naciones (personas de todo el mundo). Ese día, según nos narra el mismo Jesucristo en Mateo 25, será un día de galardones para unos pero de crujir de dientes para otros. Recibirán galardones quienes "hayan servido" en éste mundo, y crujirán los dientes quienes "se hayan servido" de éste mundo. Al menos eso deducimos de las palabras de Jesucristo en Mateo 25 de los versos 31 al 41. En otro sentido, muy pero muy contrario a lo que muchos pastores y líderes predican hoy, es muy notorio que Pablo en todas sus epístolas hable y exhorte a todo creyente, a que SUFRA las penalidades; a que SOPORTE las aflicciones; a que tenga PACIENCIA en las angustias, como lo hace en ésta epístola con Timoteo.

Es incríble cómo Pablo, quien inspirado por el Espíritu Santo escribiera casi todo el Nuevo Testamento, nos hable de angustias, de aflicciones, de penalidades, y hoy en día, líderes con oscuras intenciones NIEGUEN que el creyente debe de sufrir. Engañan a muchas ovejas diciéndoles que cuando lleguen a los pies de Cristo, TODO sufrimiento se acabó. Los sufrimientos del creyente no terminan nunca, lo que sucede es que no es lo mismo vivirlos "sin" Cristo que "con" Cristo. Meditemos.

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