sábado, 18 de febrero de 2012

Por los siglos de los siglos.

Juan, inspirado y guiado por el Espíritu Santo nos narra en el libro de Apocalipsis, cómo Dios Padre ejecutará el término de los días de los hombres bajo ésta tierra, que dicho sea de paso está cada día más cerca de ser cambiada por una nueva (Apocalipsis 21:1).

Después de transcurridos mil años (Apocalipsis 20:2), satanás es desatado por un poco de tiempo (verso 3); vemos una resurrección, en la cuál no resucitan todos los hombres sino sólo algunos (verso 5); vemos una muerte que tiene potestad sobre unos pero no sobre otros (verso 6); satanás es lanzado en un lago de fuego y azufre y "atormentado" (basanizo = torturado) por los siglos de los siglos (verso 10); se abren los libros de las obras y de la vida y de la muerte (verso 12); y vemos finalmente que, quien no es hallado inscrito en el libro de la vida, es lanzado al lago de fuego y azufre (verso 15). Ahora bien, en el capítulo 22 y verso 5, se nos habla que habrá quienes reinarán, ILUMINADOS por Dios el Señor, por los siglos de los siglos. Por pura coincidencia, resulta que la palabra siglos de los siglos en ambas escrituras (entiéndase Apocalipsis 20:10 y 22:5) es AION, cuyas definiciones en el griego original son: "Por siempre"; "Eterno"; "perpetuo"; pero también: "período de tiempo determinado" o "época o edad".

Una línea no tradicional de doctrina, el Universalismo, defiende que para términos de castigo (entendemos que tormento o tortura es castigo) AION se traduce "período de tiempo determinado o época", en otras palabras "un período que tiene principio y que tiene fin"; pero, para términos de reinado con el Señor, allí sí se traduce "por siempre"; "eterno"; o, "perpetuo". Esto no encaja en términos de que tenemos un Dios que es amor, argumento que ellos aducen para respaldar que TODOS los hombres, TODOS los ángeles caídos, y HASTA satanás serán salvos algún día. Meditemos.

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