miércoles, 15 de febrero de 2012

Conoce el Señor a los que son suyos.

Pablo, escribiéndole una carta a Timoteo para animarlo y aconsejarlo que: "Avive el fuego del Señor que está en él, el mismo que habitó y aprendió de su madre Eunice y en su abuela Loida" (2da. Timoteo 1:5) también le recuerda lo siguiente.

"No te averguences de dar testimonio de Nuestro Señor, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo" (versos 8 y 9); y procura presentarte con diligencia a Dios, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa BIEN la palabra de verdad (verso 15); pues el fundamento de Dios está firme, teniendo éste sello: "CONOCE el Señor a los que son suyos" (verso 19). ¿Qué significa la frase: Conoce el Señor a los que son suyos?. Bueno, por simple lógica, nos enseña que hay dos grupos de personas sobre la faz de la tierra, unos son del Señor, los cuales son conocidos de él; pero hay otro grupo que definitivamente no es de él, y por lo tanto él no los conoce. ¿A cuál grupo queremos pertenecer? Aquí, en el original el verbo "conocer" es mencionado con el verbo "ginosko" uno de cuyos significados es: "Tener una comunicación íntima con él".

¿Qué significa eso? Significa un intercambio de palabras todos los días, a toda hora, en cada momento, en cada decisión que se toma. No basta con leer un poco acerca de él; no basta con decirse ser de él; no basta con decir que se habla en nombre de él; hay que tener una comunicación diaria, continua, fuerte, permanente con él. De lo contrario aún y cuándo nosotros digamos que somos de él, él dirá que nosotros no somos de él. Meditemos.

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