viernes, 20 de abril de 2012

Lo importante no es iniciar algo sino terminarlo.

El mundo está lleno de promesas, ilusiones, y proyectos. Pero, como nos decían los abuelos cuando éramos niños: "No es tan importante iniciar un proyecto, cuanto terminarlo". Y esto se aplica en todo sentido de la vida.

La Biblia nos indica exactamente la misma idea, en el libro de Lucas en el capítulo 14 y verso 28 leemos: "¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y CALCULA LOS GASTOS, a ver si tiene lo que necesita para terminarla?... y más adelante dice: "No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, TODOS los que lo vean comiencen a hacer BURLA de él" (verso 29). ¿Quién no inicia algo? ¿Quién no tiene una idea? ¿Quién no tiene una iniciativa para algo o en algo? Pero ¡Cuántos terminan el asunto! Nosotros los que nos hacemos llamar creyentes o cristianos NO DEBIERAMOS DEJAR NADA A MEDIAS. Es casi como una obligación personal o una exigencia personal que debiéramos de llevar en el corazón: NO DEJAR NADA A MEDIAS. Una de las expresiones más bellas acerca de la obra de Jesucristo es: "Porque aquél que inició en vosotros la BUENA OBRA, también la ha de terminar".

¿Qué haríamos si a Jesucristo se le hubiera "ocurrido" la felíz idea de dejar a medias el trabajo de la salvación? ¿A quién acudiríamos como dijeron los discípulos? ¿Qué sería de nosotros? ¡Estaríamos inestables! Entonces quienes dependen de nosotros que no tengan inestabilidad porque somos de los que dejan todo a medias. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario