miércoles, 25 de abril de 2012

¡Ay del pastor inútil que abanona el ganado!

Durante mucho tiempo el deseo de servir al Señor dependía únicamente de un "llamamiento del Señor mismo", en otras palabras, toda persona que predicaba la Palabra de Dios sentía en su corazón el hecho de prepararse, y luego, salir a predicar.

Lastimosamente en los últimos tiempos vemos con profunda preocupación, que el servir al Señor se ha convertido en un "oficio", en un "empleo más", y aunque duela reconocerlo, en un "negocio productivo para personas de ocultos interéses". Lo preocupante del caso es que éste NO es un problema nuevo. Cuando estudiamos el libro de Zacarías, vemos en detalle en el capítulo 11 que Dios ya estaba molesto con quienes practican dicho pecado. Había sacerdotes que se dedicaban solamente a vivir del oficio, pero que dejaban por un lado las penas de las ovejas, llegó el día en que Dios mismo denominó a los "explotados fieles" con éstas palabras: "el día las ovejas de la matanza, esto es a los pobres del rebaño" (Zacarías 11:7). Da asco espiritual el ver que hoy en día, los asalariados (así los llamó Jesús en Juan 10:12) personalizan, comparten, y conocen hasta el último detalle de la vida de las ovejas pudientes de la congregación, pero no conocen ni el nombre de la viuda, del huérfano, del extranjero, o el pobre de su rebaño. ¡Qué coincidencia que los "ancianos del cuerpo ministerial" casi siempre son gentes pudientes!; ¡Qué coincidencia que la oveja de la matanza (el pobre de la congregación) siempre tiene que hacer cola para consultar con el pastor!.

¿Qué dice Dios que hizo y que hará con éstos asalariados? "Hiera la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido" (Zacarías 11:17). Por si alguien no entendió se lo traducimos al español: "Dios herirá (castigará) con la espada (su palabra de sentencia) su brazo derecho (su oficio) del todo secará su brazo (su ministerio); y su ojo derecho (sus millonarios ancianos) serán oscurecidos (apagados en sus riquezas). Y esto, fue escrito por primera vez 490 años antes de Cristo... no hoy. Bien dijo Dios: ¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Meditemos.

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