miércoles, 11 de abril de 2012

Después de la bendición.

¿Quién no clama cuando está en angustia? ¿Quién no busca una mano que lo ayude cuando está necesitado? Pero, y después de la ayuda ¿qué hacemos? ¿olvidamos?. El pueblo de Israel estuvo en una situación crítica de esclavitud por 400 años, clamó en su angustia y Dios le respondió. ¿Qué fue lo que hizo después? OLVIDO.

Dios en el libro de Miqueas le recuerda a Israel que meterse con Dios "no es una juego", "no es la moda". Lamentablemente hoy en día, muchos en nuestra angustia clamamos, gemimos, lloramos, pero después de que la ayuda nos viene... simplemente nos olvidamos de Dios. Creemos que meterse con Dios es un juego, o más aún, llenamos las iglesias porque es la moda. El Señor nos dice en Miqueas 7:5-6 que cuando esto sucede: "los enemigos del hombre son los de su casa". Una de las consecuencias más graves del olvido de Israel acerca de la mano de ayuda de Dios fue: "que no podía ya nadie creer en el amigo; no podían confiar en los príncipes; tenían que cuidarse de la que dormía a su lado; el hijo deshonraba al padre; la hija se levantaba contra la madre; y la nuera estaba contra la suegra. ¿Por qué? Porque los enemigos del hombre, eran los de su propia casa.

NO OLVIDEMOS la mano ayudadora de Dios. Muchos males vienen porque luego de que Dios nos ayuda, nosotros olvidamos. ¿Cuál es la forma de demostrar que no olvidamos lo que Dios ha hecho por y para nosotros y los nuestros? AYUDEMOS A OTROS como Dios nos ayudó a nosotros. Meditemos.

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