"Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno, ¡No hay uno solo!"
(Salmo 53:3).
Lo hemos dicho en muchas ocasiones en ésta ventana, nadie es perfecto, nadie es cabal, ninguno de los que habitamos éste planeta es perfecto. Es más, entre quienes nos atrevemos a promulgar la palabra de Dios tampoco hay alguno que se acerque a la perfección. Eso no implica que estemos escondiendo nuestros pecados o que los estemos apañando, simplemente explicamos que nosotros estamos al mismo nivel de todo el mundo, y, tarde o temprano más de alguno puede caer. Estamos obligados, eso sí, a tener un estilo de vida más sacrificado que otros, por eso nos atrevemos a predeciar la palabra, pero somos tan suceptibles a caer como cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario