viernes, 15 de febrero de 2013

Guardar silencio.

"He guardado silencio; no he abierto la boca, pues tú eres quien actúa".
(Salmo 39:9).

Cómo nos cuesta guardar silencio cuando sentimos que debemos defendernos o defender nuestra causa. Pero el salmista nos recomienda, guiádo por el Espíritu de Dios, guardar silencio. El Señor ha sido, es y será nuestro defesor siempre. Somos su hijos, somos su bien preciado, somos como la niña de sus ojos, entonces él no dejará que suframos injustamente. Jesús nos dió un ejemplo claro y palpable, pues nos dice la escritura que: "guardó silencio, no habló sino cerró su boca, y, como oveja fue al matadero".

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