"Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angusia".
(Salmo 46:1).
Dios es todo y está disponible para todo ser humano, el problema es que muchos no lo buscamos o lo buscamos solamente en momentos de angustias, para luego olvidarnos de él. La Palabra de Dios dice que: "El dió a su Unigénito Hijo para salvar al mundo, no para condenarlo", el único requisito es "reconcer" ese sacrificio que tanto Padre como Hijo hicieron. Y, así, poder ser parte de aquellos que cuentan con Dios en todo y para todo. Quienes hemos tenido la dicha de conocer ese camino, estamos lejos de la perfección aún, pero ya gozamos de muchos de los privilegios que ese camino brinda. Lo invitamos a seguirlo.
¡Que consuelo tan grande es el saber que tenemos acceso al Padre directamente a través del Santo Espíritu! Si, nuestro gran consolador que nos eleva las cargas que llevamos en este mundo y nos hace vislumbrar el mundo por venir para que afrontemos este mundo con confianza y paz. ¡Gloria a Él!
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