martes, 18 de diciembre de 2012

Y el maná cesó.

"Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua en los llanos de Jericó... y al día siguiente el maná cesó".
(Josue 5:10-12).

Por cuarenta años los Israelitas habían visto lo extraordinario, caer maná del cielo. Pero llegó el día en que llegó de nuevo lo normal, que no hubo maná del cielo, y eso, fue lo que algunos consideraron extraño. Dios es tan misericordioso con todos nosotros que vive haciendo milagros y prodigios en nuestras vidas. Y muchas veces no nos damos cuenta de ello. Lo extraño lo vemos como normal y no nos ponemos a analizar qué tan extraño era, hasta que deja de suceder y empieza otra vez lo normal. Todos los seres humanos pasamos por diferentes ciclos en la vida, y, cuando lo extraordinario deja de pasar y pasa tan sólo lo normal, eso nos parece extraño, y para algunos es ya demasiado tarde para analizarlo.

1 comentario:

  1. ¿Cómo no alabarlo siempre? Sus misericordias son nuevas cada mañana. El provee y nosotros podemos siempre acordarnos de Su provisión. Esto fortalece nuestra fé y nos hace confiar en Su infinito amor por nosotros.

    ResponderEliminar