"Amados, ahora SOMOS hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que HEMOS de ser".
(1era. Juan 3:2).
Muchas personas, generalmente personas que viven peor que nosotros en lo espiritual, nos censuran por nuestras faltas, por nuestras deficiencias, por nuestros pecados. Ellos no dejan de tener razón muy a pesar de nuestros esfuerzos, de nuestras luchas, pero, lo que sucede es que aunque ya SOMOS hijos de Dios el PROCESO de purificación aún no termina, entonces ellos y nosotros sólo vemos lo que se es ahora y no el producto terminado a los ojos de Dios.
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