sábado, 29 de diciembre de 2012

Los que pecaron fueon los padres.

"Nuestros padres pecaron, y han muerto; Y nosotros llevamos su castigo".
(Lamentaciones 5:7).

En tiempos de Jeremías, el pueblo de Israel fue cautivo a Babilonia por causa de los padres de ellos que habían pecado. Los padre murieron pero el castigo lo llevaron los hijos. Hoy, espiritualmente hablando nos dice la escritura que quien peca morirá ya no se paga más el castigo ajeno. Sin embargo, como padres humanos que somos cuando cometemos algún error o algún pecado, no podemos evitar que nuestros hijos sufran algún tipo de verguenza. Tenemos que ser padres que busquen la rectitud, que busquen la verdad, que busquen agradar a Dios para no avergonzar a nuestros hijos, y, por supuesto, para no morir por y con esas faltas.

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