"Entonces jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que haz azotado estas tres veces?.
(Números 22:28).
¿Quién no se sorprende cuando una mula le habla? ¿Quién no entiende que los animales no hablan? ¿Qué grado de ira o de molestar tenía Balaam que en lugar de espantarse porque una mula le estaba hablando, "entabla" una conversación con ella? Dios siempre nos envía mensajes de una u otra forma. Cuando estamos tranquilos los vemos más claramente, pero cuando estamos molestos o inquietos no.
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