miércoles, 9 de enero de 2013

Los réditos de Dios.

"Y mi rédito es mejor que la plata escogida".
(Proverbios 8:19).

Cuando usted a base de mucho esfuerzo logra poner unos ahorritos en el banco, si no se tiene un negocio o una empresa o una idea en dónde invertirlo busca el banco que mejor le pague interéses para dejarlo guardado, pero para que su dinero le produzca aunque sea el mínimo. Lo mismo nos sucede con lo espiritual, nosotros podemos poner nuestras fuerzas y esperanzas en cualquier renglón del mundo, pero la mejor renta, el mejor rédito siempre vendrá de poner nuestras fuerzas y esperanzas en Dios. Termina el presente pensamiento en el proverbio 8:21: "Para hacer que los que me aman tengan su heredad, y que yo llene sus tesoros". Ese es el rédito que Dios nos paga.

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